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viernes, 14 de junio de 2024

15 LIBROS DE LITERATURA DEPORTIVA PARA BUSCAR EN LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID


La Feria del Libro de Madrid le hace un guiño al deporte
Fotografía: Pedro Delgado

Desde la capital me llega el eco de la Feria del Libro de Madrid. El rumor se cuela todos los días en el salón de casa a través de la televisión, con esos minutos que le brinda el telediario al evento, dedicado este año de Eurocopa y Juegos Olímpicos a la relación de la literatura con el deporte. El cartel de Mikel Casal encarna a la perfección el lema de este año: «Entrena tu mente, lee tu cuerpo».

Cartel de la Feria del Libro de Madrid 2024
"Entrena tu mente, lee tu cuerpo"
Autor: Mikel Casal

 Y como en este blog la literatura deportiva juega un papel muy importante, quiero anotarles aquí 15 libros para buscar en la Feria del Libro antes de que esta eche el cierre este domingo.

La carrera del siglo

el-ingenuo-salvaje

breviario-del-viejo-corredor

el-comic-y-la-fotografia

bruce-lee-una-vida

curtiss-hill

el-partido-de-la-muerte

La soledad del corredor de fondo

el-nadador-como-heroe

el-gusto-del-cloro

el-gran-libro-de-las-bicicletas

nacidos-para-correr

bocetos-de-natacion

Correr es una filosofía

prefiero-que-me-trates-de-tu

 15 libros para ponerte en forma este verano.

jueves, 30 de mayo de 2024

EL CÓMIC Y LA FOTOGRAFÍA SE DAN LA MANO EN 'MUHAMMAD ALI. KINSASA 1974'


Muhammad Ali. Kinsasa 1974 (Diábolo Ediciones)
Fotografía: Pedro Delgado

El boxeo, como los toros, está en decadencia. No tiene el relumbre que tenía hace unas cuantas décadas, no mueve las masas que movía ni las pocas veladas que retransmiten rompen índices de audiencia. Sin embargo, el boxeo sin golpes está más de moda que nunca y todos los días tengo que regañar a algún alumno en el instituto porque pretende moler a golpes las colchonetas grandes del gimnasio. Algunos profesores también se quejan de que hacen sombras en los pasillos, y de que alternan sus manos, a modo de manoplas, para dirigir sus puños. Supongo que detrás de esta moda están cadenas deportivas como Brooklyn Fitboxing y algunos clubes de boxeo de barrio que han cambiado los golpes con sangre por esta nueva forma de boxear sin tener que subir a un ring ni hacerse daño. En lugar de golpear la cara o el cuerpo de un compañero, le pegan al saco o al aire. Una forma válida y divertida de liberar el estrés y de ponerse en forma, que aúna fuerza y resistencia y ha quitado una pátina de agresividad a este deporte o no-deporte, como decía Joyce Carol Oates en On Boxing y nos recordaba José Luis Garci en una de sus columnas hace años.

Fue Joyce –su padre la llevaba de niña al Garden– quien dio con la clave cuando escribió que se juega al fútbol, al tenis, al baloncesto o al béisbol, pero nadie «juega» al boxeo. Se lucha.

 El mundo del cine descubrió muy pronto que no había espectáculo más cinematográfico que el del ring, y el listado de películas no ha dejado de aumentar desde entonces: Battling Butler, de Buster Keaton; El campeón y Luces de la ciudad, de Chaplin; Cuerpo y alma, de Robert Rossen; The Set-up, de Robert Wise; Más dura será la caída, de Mark Robson; Réquiem por un campeón, de Ralph Nelson; Fat City, de Huston; El ídolo de barro, de Mark Robson, Marcado por el odio, de Robert Wise; Gentleman Jim, de Raoul Walsh; Toro Salvaje, de Scorsese; Rocky, de Sylvester Stallone; El luchador, de Ron Howard, The Boxer, de Jim Sheridan o Million Dollar Baby, de Eastwood, la responsable, según Garci, de que se consolidara el boxeo femenino y de que «los gimnasios de todo el mundo se hayan llenado de chicas».

Rocío, una de mis alumnas, con el cómic de Muhammad Ali
Fotografía: Pedro Delgado

 En el mundo literario la producción ha ido a la par, pues muchas de esas películas parten de excelentes novelas. Pero no me voy a detener hoy en ellas, ni en los extraordinarios ensayos que se han escrito sobre este «no-deporte de las doce cuerdas –ahora dieciséis–». Me voy a centrar en un cómic, un medio en el que, desde hace un tiempo, el boxeo también se está ganando su espacio. Un medio gráfico atractivo que sirve de imán para esos alumnos aficionados a los puños que no suelen visitar bibliotecas ni librerías. Y que, de paso, les va a permitir conocer parte de la historia y de los grandes nombres del pugilismo.

 Muhammad Ali. Kinsasa 1974 (Diábolo Ediciones) recoge la pelea de boxeo más famosa del siglo XX. Bautizada como The Rumble in the Jungle, enfrentó a Muhammad Ali, que quería volver a ser campeón del mundo de los pesos pesados, y al entonces campeón "Big George" Foreman, invicto en los últimos 40 combates con 37 victorias por K.O, entre ellas las dos últimas, en las que dejó tumbados en la lona a los dos únicos boxeadores que habían derrotado a Ali.

 La cita fue el 30 de octubre de 1974 en Kinsasa, la capital de Zaire, en el Estadio 20 de mayo. Así que la primera viñeta del cómic es una fotografía en la que se ve a Muhammad Ali entrar en el cuadrilátero. Son las cuatro de la madrugada, hora local e intempestiva para que el combate se retransmita en horario de máxima audiencia en los Estados Unidos, y apretujado entre el público se encuentra el autor de esa imagen, el fotógrafo Abbas de la agencia Magnum. No es un forofo del boxeo y apenas dispone de cuarenta centímetros cuadrados para inmortalizar con su cámara este encuentro.

Página de inicio de Muhammad Ali. Kinsasa 1974
Fotografía: Pedro Delgado

 El combate tenía que haberse celebrado el 25 de septiembre, pero el sparring de Foreman le había abierto una ceja entrenando y si peleaba antes de un mes, su ceja podía volver a abrirse. Por ello, el promotor del encuentro, el exconvicto Don King decidió aplazar el combate.

Cartel del Campeonato del Mundo de los pesos pesados
Kinshasa (Zaire), 1974

 Era el primero que organizaba como promotor profesional y había montado un espectáculo a lo grande. En los tres días previos al combate tendría lugar un festival de música que pretendía hacer palidecer Woodstock, con B. B. King, las Pointer Sisters, Celia Cruz, Etta James, The Spinners, Manu Dibango, Ray Barretto, Miriam Makeba y el mítico James Brown.

James Brown live in Kinshasa (Zaire), 1974

 Ali luchaba por reconquistar el título que había detentado hasta 1970, y George Foreman, campeón titular, necesitaba un combate espectacular para consolidar su reputación. Don King les había ofrecido a cada uno la friolera cifra de cinco millones de dólares, y había volado al Zaire para entrevistarse con el presidente Mobutu y amarrar el escenario.

Pág. 26 de Muhammad Ali. Kinsasa 1974
Fotografía: Pedro Delgado

 Preside las gradas el retrato de Mobutu, que ha rebautizado el Congo como "República del Zaire" y a la antigua Lóopoldville como Kinsasa. El presidente también había cambiado su nombre y el mariscal Joseph Désiré Mobutu era ahora Mobutu Sese Seko KuKu Ngbendu Wa Zabanga (El guerrero todopoderoso que va de conquista en conquista y deja fuego a su paso).

Nunca pude comprobarlo, pero me dijeron que, de hecho, significaba «El gallo que no deja salir a ninguna gallina del corral». 

El retrato de Mobutu preside las gradas del Estadio 20 de Mayo
Kinsasa (Zaire), 1974. Fotografía: Abbas

 El dinero no cambió de nombre, pero sí de manos, y «el país, de los más ricos de África gracias a sus recursos, se hundió poco a poco en la crisis... mientras su presidente y allegados se enriquecían».

 Ali aterrizó el primero en el país y se ganó rápidamente la simpatía del pueblo, más cuando Foreman llegó con su pastor alemán, el perro que utilizaban los colonos belgas para reprimir las insurrecciones populares. De ahí el «¡Ali, bomayé!» (¡Ali, mátalo!) que le gritaban en lengua lingala. Aun así, para los especialistas el mejor era George Foreman.

Pág 28 y 29 de Muhammad Ali. Kinsasa 1974 (Diábolo Ediciones)
Fotografía: Pedro Delgado

 Igual que el escritor estadounidense Norman Mailer describió con palabras aquella pelea en El Combate, el fotógrafo iraní Abbas recogió aquel enfrentamiento en imágenes, usando dos cámaras: una para el blanco y negro y otra con carrete a color. Para él cada instantánea era un momento en suspenso, congelado, detenido, «como cuando le damos al pause en un vídeo».

Lo que me interesaba era dar la impresión de que la gente a la que fotografiaba después seguía haciendo lo que hacía. Como si yo no les hubiese molestado.

 Aunque a Abbas no le gustaba hablar de sí mismo, Muhammad Ali. Kinsasa 1974 nos da ciertas pinceladas sobre su vida. Yo ya lo conocía: en 2002 visité la exposición Abbas. Visiones del Islam, que organizó Fundación "la Caixa" en Málaga y, rendido ante su arte, salí de allí con el catálogo de la exposición bajo el brazo. Junto a él irá en la estantería este libro, mezcla de documental, fotorreportaje y novela gráfica.

Catálogo de la exposición fotográfica de Abbas en Málaga
Fotografía: Pedro Delgado

 Por supuesto, el guión de Jean-David Morvan, que conjuga las instantáneas de Abbas con los dibujos de Rafael Ortiz, también se detiene en la historia de los protagonistas del campeonato.

Páginas 38 y 39 de Muhammad Ali. Kinsasa 1974 (Diábolo Ediciones)
Fotografía: Pedro Delgado

Páginas 40 y 41 de Muhammad Ali. Kinsasa 1974 (Diábolo Ediciones)
Fotografía: Pedro Delgado

Pág 53 de Muhammad Ali. Kinsasa 1974
Fotografía: Pedro Delgado

Páginas 54 y 55 de Muhammad Ali. Kinsasa 1974 (Diábolo Ediciones)
Fotografía: Pedro Delgado

 Ali había jurado que iba a bailar sin parar alrededor de aquel bloque de mármol que era Big George, pero me van a permitir que no les hable más del combate, por si son ajenos a él y desconocen el desarrollo y el resultado del mismo.

Fotografía a doble página del combate tomada por Abbas (Magnum Photos)
Fotografía: Pedro Delgado

 Tampoco les hablaré de la anécdota que vivió Abbas al final de aquella pelea. Mejor que se sorprendan ustedes al descubrirla.

Pág 89 de Muhammad Ali. Kinsasa 1974
Fotografía: Pedro Delgado

 Una vez leído el cómic, podrán sumergirse en los valiosos extras que contiene el libro: una detallada narración de Jean-David Morvan sobre cómo surgió el proyecto Magnum Photos; pruebas de otros dibujantes para las diferentes propuestas; las 20 páginas que ya había dibujado el argentino Horacio Altuna de este cómic antes de retirarse del proyecto por motivos personales; más fotos de las que tomó Abbas en aquel combate y la cronología y el palmarés de Muhammad Ali.

Narración del guionista Jean-David Morvan sobre cómo surgió el proyecto
Fotografía: Pedro Delgado

Una de las páginas dibujadas por Horacio Altuna
Fotografía: Pedro Delgado

Contenido extra de Muhammad Ali. Kinsasa 1974 (Diábolo Ediciones)
Fotografía: Pedro Delgado

Cronología de Muhammad Ali (Magnum Photos / Diábolo Ediciones)
Fotografía: Pedro Delgado

 Tras dejarlo en la estantería será el momento de sumergirse en las filmaciones que pululan por internet de aquel mítico combate. Una vuelta a los 70.

 Y a los que no ven apropiado el boxeo para los estudiantes o el público en general, les recordaré lo que dijo una vez el escritor y cineasta Gonzalo Suárez, que estudió filosofía y fue boxeador, cuando le preguntaron cómo casaban ambas disciplinas. Su respuesta fue que no sólo casaban, sino que lo hacían muchísimo pues ambas se unían en el paso atrás. En verlas venir y, a poder ser, esquivarlas.

 Me parece muy buen consejo para estos tiempos que corren.

Nota: Si les gustó la reseña, los animo a compartirla y a hacerse seguidores del blog.

lunes, 12 de febrero de 2024

CURTISS HILL, EL HOMENAJE DE PAU AL AUTOMOVILISMO


Lanita leyendo Curtiss Hill (Escápula Comics), de Pau
Fotografía: Lucía Rodríguez

La verdad es que no  hay muchos cómics que traten el tema deportivo, y si encima nos centramos en algunos deportes en concreto, menos aún. Por eso, supongo que los aficionados al motor y el automovilismo habrán recibido con los brazos abiertos a Curtiss Hill, el cómic del mallorquín Pau publicado por la editorial Escápula en 2020.

 El libro huele a aceite y gasolina, y en cuanto lo abres escuchas el ruido de los motores y los pistones. Ya en la primera viñeta sentimos las vibraciones del volante en la palma de las manos, la fuerza centrífuga, la acrobacia y el equilibrio de los neumáticos que vuelan sin abandonar del todo el suelo. Un instante tras el que la curva se disuelve gradualmente en la recta.

Páginas de inicio de Curtis Hill. El mejor amigo del perro
Escápula Comics. Copyright by Pau

Páginas de inicio de Curtiss Hill. El mejor amigo del perro
Escápula Comics. Copyright by Pau

 El cómic de Pau tiene un encanto especial, a lo que contribuye el tono sepia de sus páginas y sus personajes antropomórficos. Esos perros, esas aves, esos conejos, esos felinos que visten y se comportan como seres humanos son, sin duda, el gran acierto y la seña de identidad del artista.

 Y luego está la documentación, el estudio de la época para que nada desentone en sus páginas. Los chaquetones, los guantes, los casquetes de cuero y las grandes gafas que llevan los pilotos; el diseño de los coches; la cámara de fotos con la que inmortalizan el momento de sujetar la copa que acaban de ganar... Todo está medido al detalle.

Detalle página 26 de Cutiss Hill (Escápula Comics)
Copyight by Pau

 El dibujo es tan detallista, que hasta podemos sentir la nube de polvo y humo que levanta el coche de delante. Una nube en la que se tenía que meter a ciegas el coche de detrás si quería adelantar, pegándose a la trasera hasta alcanzarlo y poner el morro de su coche por delante, momento en el que la nube se abría y volvías a ver la pista delante de ti. A veces, alguno excediéndose en los derrapes y yendo a estrellarse contra las balas de paja colocadas al borde de la pista.

Últimas viñetas de la página 18 de Curtiss Hill (Escápula Comics)
Copyright by Pau

Tres primeras viñetas de la página 19 de Curtiss Hill (Escápula Comics)
Copyright by Pau

 Con todo ello no me extraña que Curtiss Hill se alzara con el premio Ciutat de Palma de cómic 2019, y que años después de salir en Francia (Éditions Paquet), Reino Unido (Dark Horse Comics) y Holanda (Dark Dragon Books) –también salió en catalán en la misma Escápula Comics– todavía nos llegue el runrún del motor encendido.

Viñetas 4 y 5 de la página 15 de Curtiss Hill (Escápula Comics)
Copyright by Pau

En los convulsos años 30, el millonario, filántropo y piloto Curtiss Hill es el ídolo de todas las perritas, ganando carreras limpiamente gracias a su ingeniero mecánico Dino Canino. Su máximo rival Rowlf Zeichner, por el contrario, es antipático y tramposo. Pero el instinto de la fotoperiodista Maugène Berk le dice que no todo es lo que parece en esta historia de lucha por la victoria, el amor... ¡y la vida!

La fotoperiodista Maugène Berk en la última viñeta de la página 19
Curtiss Hill. El mejor amigo del perro (Escápula Comics)
Copyright by Pau

 El duelo entre los pilotos Curtiss Hill y Rowlf Zeichner, con el trasfondo de la llegada al poder de Hitler y el partido nazi, nos acompañará a lo largo del cómic, reservándonos una grata sorpresa al final.

Últimas tres viñetas de la página 36 de Curtis Hill
Escápula Comics. Copyright by Pau

Página 37 de Curtis Hill. El mejor amigo del perro
Escápula Comics. Copyright by Pau

 Es este un cómic que no tiene edad, pero que entusiasmará a todos esos críos que sueñan con coches y banderas a cuadros. Un tebeo fruto de una exitosa campaña de crowdfunding durante la pandemia, que llegó a las librerías en noviembre de 2020. Por cierto, que Pau rinde homenaje a todos los que hicieron posible esta aventura en la guarda del libro.

Agradecimiento de Pau a los que financiaron a través de Verkami la edición del libro
Copyright by Pau

 Lo que me parece que no le va a perdonar Lanita a Pau es esa avería en el volante del coche del conejo.

Viñetas 3 y 4 de la página 53 de Curtiss Hill (Escápula Comics)
Copyright by Pau

 Fuera bromas, y aprovechando que hoy toco el tema automovilístico, les voy a recomendar también una novela que leí hace tiempo y me entusiasmó. Se titula Esta historia (Editorial Anagrama, 2007), y en ella Alessandro Baricco nos narra la vida y el sueño de Ultimo Parri.

Literatura y automovilismo
Esta historia (Anagrama) y Curtiss Hill (Escápula Comics)
Fotografía: Pedro Delgado

Ultimo se llamaba así porque había sido el primer hijo.
 –Y Ultimo –había precisado de inmediato su  madre, en cuanto recuperó el conocimiento tras el parto.
 De manera que fue Ultimo.
 Al principio parecía que no estuviera por la labor. En los primeros cuatro años pilló todas las enfermedades posibles. Lo bautizaron tres veces: el cura no se veía capaz de darle la extremaunción a algo tan pequeño, con aquellos ojos que tenía: debido a ello, cada vez se decantaba por el bautismo, aunque sólo fuera por no volverse sin haber suministrado un sacramento.
 –Daño no le va a hacer.
 Y, en efecto, Último siempre salió vivo del paso: pequeño, delgado, blanco como un trapo, pero vivo. Tiene un corazón fuerte, decía su padre. Una flor en el culo, decía su madre.
 Por todo ello seguía con vida cuando, a la edad de siete años y cuatro meses, en noviembre de 1904, su padre se lo llevó al establo, le señaló las veintiséis vacas de raza piamontesa, que eran todo su patrimonio, y le comunicó que todavía no debía decírselo a la mamá, pero estaban a punto de liberarse, de una vez por todas, de aquel montón de mierda.
 Hizo un gesto amplio, tirando a solemne, que abarcaba todo aquel local, oscuro y pestilente. Luego escandió con lentitud:
 –Garaje Libero Parri.
 Libero Parri era su nombre. Garage era una palabra francesa que Ultimo nunca había oído. De buenas a primeras pensó que debía de significar algo así como «criadero» o, como mucho, «lechería». Pero no comprendía cuál era la novedad.
 –Repararemos automóviles –aclaró, lapidario, su padre.
 Y ésa sí que era, en efecto, una novedad.
 –Todavía no existen los automóviles –precisó la madre, cuando al final fue informada del asunto, una noche, en la cama, con la luz apagada.
 –Es una cuestión de meses. Y en cuanto llegue ese momento existirán –la informó Libero Parri, su marido, metiéndole la mano por debajo del camisón.
 –Que está el niño.
 –No hay problema: también habrá trabajo para él, aprenderá.
 –Que está el niño, saca esa mano de ahí.
 –¡Ah! –dijo Libero Parri, acordándose de que en invierno dormían todos juntos en la misma habitación, para ahorrar en estufas.
 Se quedaron un rato así, en una ligera bonanza comunicativa. Luego él volvió al ataque.
 –Ya he hablado con Ultimo del tema. Él está de acuerdo.
 –¿Ultimo?
 –Sí.
 –Ultimo es un niño, tiene siete años. Pesa veintiún kilos y tiene asma.

 Es una novela sobre las carreras automovilísticas, la Gran Guerra y la historia de amor de su protagonista con Elizaveta, una joven aristócrata rusa venida a menos tras la revolución bolchevique. El anhelo de Ultimo Parri no lo revelaré aquí, prefiero que lo descubran ustedes, pero sí les diré que es un plan precioso. Como el trabajo de Pau en Curtiss Hill (si pueden, háganse también con el sketch book del cómic).

Sketch book de Curtiss Hill by Pau (Escápula Comics)
Fotografía: Lucía Rodríguez

Nota: Mil gracias a Pau por posibilitar la reseña y permitirme mostrar las páginas de Curtiss Hill en este blog. Y a todos aquellos a los que les gustan los cómics, les invito a visitar su página web, donde podrán seguir sus últimos trabajos, con atención especial al primer tomo de Las cinco banderas, donde nos muestra la odisea de su abuelo, primero en la Guerra Civil y luego en la II Guerra Mundial.

Las cinco banderas 1 by Pau
Escápula Comics

https://www.escapula.com/editorial/