lunes, 28 de noviembre de 2022

LA LITERATURA DEPORTIVA DE GALLO NERO


La literatura deportiva de Gallo Nero
Fotografía: Pedro Delgado

La editorial Gallo Nero toma el nombre del consorcio vinícola que fundaron los productores de Chianti para proteger su vino allá por 1924. El símbolo de aquel consorcio, un gallo negro sobre un campo de oro, estaba vinculado a una antigua leyenda, la cual nos retrotrae a la edad media, a un enfrentamiento entre las repúblicas de Siena y Florencia por el control del territorio del Chianti. Para detener esa guerra y determinar las fronteras de ambas repúblicas se decidió hacer una competición: con el primer canto del gallo, un caballero saldría de Siena y el otro de Florencia. Donde sus monturas se encontrasen quedaría fijada la frontera.

Conzorcio del Gallo Nero. Fotografía: Vinetur

 Cuentan que los sieneses se decantaron por un gallo blanco, al que trataron los días previos con todo tipo de comodidades, dándole de comer todo el grano que quiso. Por contra, los florentinos eligieron un gallo negro, al que tuvieron en ayunas varios días dentro de una jaula muy pequeña. Debido al hambre y a la incomodidad, el gallo negro cantó mucho antes del amanecer, por lo que el caballero florentino partió con ventaja. Como recoge la historia, ambos jinetes se encontraron a pocos kilómetros de Siena, en los alrededores de Fonterutoli, estableciéndose allí la frontera entre las dos repúblicas.

 El pasado mes de octubre, Donatella Iannuzzi, la editora de Gallo Nero se acercó a otra frontera, Despeñaperros, y la cruzó en el AVE para llegar al centro de Málaga, a la librería Áncora que regenta Enrique del Río en la plaza de Uncibay. Allí la esperaba un nutrido grupo de incondicionales de la editorial y de la librería, que bajo el lema "Pequeños e independientes" retoma el contacto directo con esos sellos editoriales independientes que tanto enriquecen el panorama editorial.

Donatella Iannuzzi, de Gallo Nero, en la librería Áncora
Fotografía: Pedro Delgado


Enrique del Río, Donatella Iannuzzi y Pedro Delgado en la librería Áncora
Málaga, 20 de octubre de 2022. Fotografía: Alberto

 Conocí a Donatella en el 2015, en la feria del libro de Madrid. Yo había ido allí a firmar ejemplares de Carta desde el Toubkal en la caseta de Desnivel, y al terminar, dando un vistazo por las casetas, me topé con ella y con sus exquisitas portadas.

 Después de aquel encuentro escribí una reseña de El Tour de Francia, de Mario Fossati, a la que siguieron otras tantas: El Profesional, de W. C. Heinz, Los indómitos de la montaña, de Dino Buzzati, El libro de la fama, de Lloyd Jones, o Cartas de África, de Arthur Rimbaud, con ilustraciones de mi admirado Hugo Pratt.


El Tour de Francia, Gallo Nero y los dos Pedro Delgado:

https://pedrodelgadofernandez.blogspot.com/2015/07/el-tour-de-francia-gallo-nero-y-los-dos.html


El Profesional:

https://pedrodelgadofernandez.blogspot.com/2016/01/el-profesional.html

¿Por qué una novela de boxeo en un blog de atletismo?:

https://pedrodelgadofernandez.blogspot.com/2016/01/por-que-una-novela-de-boxeo-en-un-blog.html


Los indómitos de la montaña:

https://cartadesdeeltoubkal.blogspot.com/2016/05/los-indomitos-de-la-montana.html


De los All Blacks, el libro de la fama y el rugby en Málaga:

https://pedrodelgadofernandez.blogspot.com/2017/05/de-los-all-blacks-el-libro-de-la-fama-y.html

De Cartas de África a El Enigma Rimbaud:

https://cartadesdeeltoubkal.blogspot.com/2018/05/de-cartas-de-africa-el-enigma-rimbaud.html

 Donatella no venía en esta ocasión a hablarnos de literatura deportiva, sino de las novelas gráficas, mangas y libros ilustrados que está editando en la colección Gallographics, sobre todo autores japoneses, como Yoshiharu Tsuge, Seiichi Hayashi, Shin'ichi Abe, Oji Suzuki o Tadao Tsuge, que están entusiasmando a los amantes del manga más adulto.

Algunos libros de la colección Gallographics de la editorial Gallo Nero

 Sin embargo, aproveché el coloquio final para preguntarle de dónde venía su interés por la literatura deportiva. «Soy una gran aficionada al deporte, me encanta verlo por la tele, y me entusiasman los que tienen una gran carga épica, como el ciclismo o el boxeo. Mi madre era además una gran admiradora de Fausto Coppi y de las grandes vueltas, como el Giro o el Tour, y esa pasión, sin duda, se transmite a los hijos», me dijo. «Pero el único deporte que sigo practicando, y lo hago desde que iba al instituto, es el voleibol. Estoy en un equipo de mi barrio y jugamos todas las semanas». Le pregunté también si tenía pensamiento de añadir algún título más a la colección, y nos reveló que estaba pujando por los derechos para publicar Cartas a una gimnasta joven, de Nadia Comaneci, aquella gimnasta rumana de 14 años que logró la perfección más absoluta, un 10 de 10, en los Juegos Olímpicos de Montreal en 1976.

Nadia Comaneci, cartela publicitaria de Gallo Nero
Fotografía: Pedro Delgado

 Mientras tanto, todavía me quedan títulos que leer y reseñar. Ciclismo, boxeo, alpinismo..., quién sabe cuál será el siguiente.


Nota: Esta entrada está dedicada a todos los que compartimos mesa en una trattoria al final del acto. Gracias, Donatella, por cruzar la frontera, y mil gracias, Enrique, por propiciar el encuentro.


domingo, 20 de noviembre de 2022

PAN Y CIRCO


Montaje: Pedro Delgado

Quería escribir una entrada sobre los aspectos desagradables que rodean al Mundial de Fútbol de Qatar, pero motivos de peso, de los que ya les hablaré en otra ocasión, me impedían centrarme delante del ordenador. Hoy, al abrir las páginas del diario Sur, me topé con este texto del escritor y columnista Antonio Soler, y pensé que ya no era necesario que yo escribiese nada.

Pan y circo
Por Antonio Soler

Lo escribió Juvenal allá por el año 100 antes de Cristo a la vista de la decadencia del sentido crítico en Roma. Luego lo hemos ido repitiendo en distintas versiones. Ahora resucita a raíz del mundial que hoy empieza en Qatar. Es el mundial del despropósito, el del petróleo, el de la liga partida y el de la resignación ante el cash, la pasta, la plata, el dólar, da igual en qué idioma o jerga se exprese. Y también se ha convertido en el mundial de la ética. Miles de trabajadores inmigrantes, esclavos en la práctica, han muerto en las obras de los estadios levantados en medio de la polvaranca, las cabras y las torres petrolíferas.

 Pero allí vamos. Los países del jardín europeo, que dijo Borrell, los de la jungla, los bosquimanos y las superpotencias. Porque lo dice el señorito/jeque de Qatar que quería su mundial y porque finalmente hay que seguir con el circo. Si en ese país no se respetan los derechos humanos, si la mujer vive como en la edad media y la democracia es un cuento chino, habrá que tragárselo, porque la pelota sigue rodando en la cancha global. El presidente de la FIFA, con el nombre, adecuado para la ocasión, de Infantino, ha salido en defensa del país organizador y ha llamado hipócritas a los críticos. Pero no se trata de hipocresía. Se trata de reconocimiento, de aceptación. De saber dónde pisamos y qué hay bajo el césped. Cuánta miseria hay bajo esa alfombra, en los cimientos de esos estadios y de esos hoteles de lujo extra.

 Europa, según Infantino, debe pedir perdón por los últimos trescientos años de abusos coloniales. El pasado, las guerras napoleónicas. Matusalén. Maniobra infantil del forrado Infantino. Porque no se trata del ayer, sino del hoy. Del presente de un país que representa, justamente, el pasado, por mucho dinero, plata o guita que tenga. El pasado moral encerrado en rascacielos de oro. Infantino se siente hoy, según ha confesado, catarí, africano, gay, discapacitado y trabajador. Cualquier cosa con tal de que la pelota y la plata sigan rodando. Mejor habría hecho Infantino en no apelar a la historia y aceptar humildemente las condiciones del planeta, el movimiento macroeconómico y la necesidad del circo por una parte del pueblo. No sé si con eso de trabajador, Infantino quería decir que también se siente obrero, marxista. El inventor de aquello aseguró que la religión era el opio del pueblo. El fútbol es el nuevo opio, el nuevo circo y para muchos hooligans la nueva religión. Pues eso. Para qué buscar más explicaciones ni apelar a tres o veinte siglos de historia. Hay que ir a misa, al estadio, comulgar con el gol y purgar los pecados. Amén.