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viernes, 3 de julio de 2015

DE TAL PALO TAL ASTILLA

Juan Sarria Cuevas, seguido de Pedro Delgado Fernández
800 metros, antigua Ciudad Deportiva de Carranque, ¿1982?

No cabe duda de que los genes tienen cierta importancia en el mundo del deporte, pero tampoco es menos cierto que sin el trabajo, la constancia, la motivación y la fuerza de voluntad estos no servirían para nada.
 Pensaba en eso el otro día, cuando coincidí con Juan Sarria hijo en el AVE de Málaga a Madrid, yo camino de mi firma de libros en el parque del Retiro y él de un ochocientos, que a la postre ganaría, en la liga de clubes.

Juan Sarria Aranda, del Club Bahía de Algeciras, ganando la prueba de los 800 metros de la tercera jornada de la Liga de Clubes de Primera División celebrada en Moratalaz, Madrid, 14 de junio de 2015.

Juan Sarria Cuevas, padre y entrenador de Juan Sarria Aranda
(Fotografía: Salvador Moreno, 2015)

 Juan Sarria Aranda y su padre, Juan Sarria Cuevas, son un claro ejemplo de cómo el popular dicho De tal palo tal astilla se cumple en el atletismo malagueño. Si Juan Sarria padre consiguió en su época correr las dos vueltas a la pista en 1'51''12, Juan Sarria hijo detuvo el crono en Torremolinos, el pasado día 7 de junio, en 1'52''57. 

 Aquí les dejo la clasificación y el vídeo de ese ochocientos, un control sobre un tartán que contrasta con el piso de la antigua Ciudad Deportiva de Carranque que puede verse en la fotografía que abre esta entrada.

5º Control Aire Libre Delegación Malagueña de Atletismo
(Torremolinos, Málaga, 7 junio 2015)


5º Contro Aire Libre D.M.A (Torremolinos, Málaga, 7 junio 2015)


Nota: Como no podía ser de otra manera, esta entrada está dedicada a sus dos protagonistas, a los que mando desde aquí un afectuoso saludo.

Juan Sarria padre y Juan Sarria hijo, Salamanca 2015

 ¡Salud, camaradas!

Actualización de julio de 2024:

 A veces, el palo da para varias astillas. Y en el caso de Juan Sarria Cuevas tenemos que añadir a su hija, María del Mar Sarria Aranda, que lleva en esto del atletismo toda la vida, moviéndose entre la velocidad y el fondo, y que ha decidido, ya en la categoría Master, centrarse en la velocidad.

Mª del Mar Sarria Aranda
Campeona de España Master F-40 en 100 y 200 m
Alcobendas (Madrid), 2024. Fotografía: Juan Sarria

 Pues bien, el pasado 7 de julio, en el Campeonato de España Master al Aire Libre, celebrado en Alcobendas (Madrid), Mª del Mar Sarria, del Club Atletismo Bahía de Algeciras, se proclamó Reina de la velocidad del 2024, venciendo tanto en los 100 como en los 200 metros lisos en la categoría F-40. Y lo hizo con unas marcas de nivel: 12.90 y 26.70. No contenta con ello, también se llevó un bronce en el relevo mixto de 400 metros, donde participó con su hermano Juan Sarria Aranda, el mismo que abría esta entrada y que algo tocado prefirió participar solamente en el relevo para darse el lujo de subir al podio con su hermana.

Los hermanos Sarria Aranda
Bronce en el relevo mixto de 400 m
Campeonato de España Master 2024
Fotografía: Juan Sarria

 A los dos los he visto crecer desde pequeños, así que para mí es un placer poder escribir aquí sobre ellos. Y poder brindar con sus padres por sus éxitos pasados, presentes y futuros.

Juan Sarria Aranda y Mª del Mar Sarria Aranda
Campeonato de España Master al Aire Libre, Alcobendas 2024

Familia Sarria Aranda. Una familia muy atlética
Campeonato de España Master, Alcobendas 2024

 Como cierre, les dejo con los vídeos de las finales de los 100 m y los 200 m en la categoría F-40 de dicho campeonato. Para que disfruten de la poderosa zancada de Mª del Mar Sarria Aranda.


 Y lo dicho: ¡De tal palo, tal astilla!


jueves, 21 de mayo de 2015

LA BARRERA DE LOS DOS MINUTOS

A pocos metros de meta, escuchando a tus espaldas el sonido de los clavos en la pista como el tacleteo de una ametralladora. El gesto crispado por la acumulación del ácido láctico. Cerrar los ojos. No dejar que te alcancen.

Campeonato Provincial de 800 metros en la antigua Ciudad Deportiva de Carranque. Málaga, 3 de julio de 1983. 1º clasificado Pedro Delgado Fernández con 2.01.00, 2º Rafael Castillo, 3º Antonio Sánchez, 4º un atleta del Club Gaviota de Cádiz, 5º Miguel Ángel Moya.

 Ver una fotografía y volver atrás en el tiempo, a cuando tenía 17 años e intentaba bajar de los 2 minutos en los 800 metros y de los 4 en los 1.500. A veces con liebres: Juan Sarria, Francisco Espejo o Rafael Morales, y otras solo, como en la ocasión de la foto, tirando del grupo de principio a fin, luchando contra el tiempo.

Pedro Delgado Fernández encabezando un 800 (detrás un atleta de Cádiz, Miguel Ángel Moya y Antonio Sánchez). Ciudad Deportiva de Carranque, 3 de julio de 1983. Esta fotografía ilustraba el post La media distancia, que hacía referencia, en este mismo blog, a la novela de Alejandro Gándara.
http://pedrodelgadofernandez.blogspot.com.es/2014/12/la-media-distancia.html

 Entrar en meta. Detener el crono en 2.01.00. Sentir la felicidad de ganar a lo grande, pero a la vez la decepción de no haber roto el muro de los dos minutos. Aunque luego bajaría ampliamente esas marcas, corriendo en 1.54 y 3.52, nunca olvidaré aquellos tiempos en los que trataba de romper los límites de los dos y los cuatro minutos. Esa sensación de correr contra el reloj, contra uno mismo. Es curioso, pero una vez rotas esas barreras uno ya siempre las rebasa con facilidad, como si todo hubiese sido mas una cuestión psicológica que física. Puede ser, aunque lo que sí es seguro es que subimos un escalón más en el plano físico y con ello en el nivel de nuestras prestaciones. ¿Que hay atletas que no consiguen dar ese salto de calidad y tienen que cambiar de prueba y subir distancia? Pues sí, pero al menos les queda el haberlo intentado, el disfrute del reto, la épica del fracaso.

 Veo las imágenes y recuerdo la dureza del 800, la exigencia de una prueba en la que el sábado se estrenó mi hijo mayor. Enzo que, a sus 15 años, se enfrentaba por primera vez a la distancia. A las dos vueltas a la pista. Nunca ha hecho series, y desconoce los ritmos, así que pagó la novatada. Pasó lanzado los primeros 200 metros, a 26 segundos, a 58 los 400 metros y a 1.32 los 600 metros, pero aún así hizo un tiempo de 2.09.76 en meta, lo que no está nada mal para un debut y para correr con las zapatillas pesadas de entrenamiento. Demostró aplomo y valentía. Ahora, que sabe que le gusta la media distancia, tendrá que enfrentarse a sus propios muros. De momento, se ha ganado el derecho a que le compre unas zapatillas de clavos.

Enzo Delgado Rodríguez con el dorsal 355
Control de 800 metros en Torremolinos, 16 de mayo de 2015
Fotografía: Salvador Moreno http://www.ellocoquecorre.com/


Vídeo de la prueba de 800 metros grabado por Lucía Rodríguez Vicario
16 de mayo de 2015, Torremolinos


Vídeo de la prueba de 800 metros grabado por el Club Atletismo Carranque






Nota: Volviendo al inicio de esta entrada, tengo recogido en el diario de entrenamiento de 1983 que el día anterior a ese 800 también corrimos un 1.500 en Carranque (en otra jornada del Campeonato Provincial), y que quedé 2º por detrás de Francisco Espejo, quien ganó la prueba con 3.51.38.

jueves, 1 de enero de 2015

EL DESAFÍO DE LAS 12 CAMPANADAS

Sebastian Coe Vs Steve Cram en el Trinity College, Cambridge 1988
Fotografía: Reuter

El desafío del que voy a hablarles hoy no tiene nada que ver con las 12 campanadas de anoche. No se celebró el último día del año, sino el sábado 29 de octubre de 1988. Ese día, en el patio del Trinity College de Cambridge, Sir Sebastian Coe y Steve Cram rememoraron el enfrentamiento que tuvo allí lugar en 1927 entre otros dos campeones olímpicos británicos (Harold Abrahams, oro en los 100 metros lisos en los Juegos de París de 1924, y Lord Burghley, oro en los 400 metros vallas en los Juegos de Amsterdam de 1928), un duelo que aparece en la película Carros de Fuego, aunque el segundo aparece en el film con el nombre ficticio de Lord Lindsey en una de las muchas licencias que se tomó el guionista Collin Welland y el director Hugh Hudson.

Escena de Carros de Fuego

 Para la ocasión, mi admirado Sebastian Coe (doble campeón olímpico de 1.500 metros) se vistió a la antigua usanza, con un polo de mangas largas y bandas anchas horizontales y un pantalón corto que le llegaba justo por encima de las rodillas, mientras que Steve Cram prefirió correr con la clásica equipación de atletismo. Competían entre ellos, pero también con las campanadas del mediodía que sonaban en el reloj de la torre del Trinity College.

Patio del Trinity College de Cambridge

 Recorrer el perímetro del patio antes de que sonara la última campanada era el propósito, a la par que recaudar fondos para el Great Ormond Street Hospital Children's Charity, el mismo hospital para niños, fundado en Londres en 1852, al que el escritor James M. Barrie le cedió los derechos de autor de su mágica y universal obra Peter Pan.

 Conservo el recorte, ya amarilleado, con la noticia del evento. Es de El País del domingo 30 de octubre de 1988, y está firmado por Ricardo M. de Rituerto. En él se puede leer lo siguiente:

"Caballeros, empiecen cuando suene la primera campanada", dijo el príncipe Eduardo, benjamín de la familia real, a modo de orden de salida. Los atletas se lanzaron con el tañido inicial sobre el peligroso firme de losas y cantos rodados con la idea de llegar en cabeza al primer ángulo recto, pues sabían que una vez adquirida esa posición la carrera estaba ganada. Coe fue el primero en llegar a ese punto. Casi frenó en seco y Cram estuvo a punto de perder el equilibrio. Después ya todo fue mantener la cabeza de la carrera y atender a un suelo muy poco de fiar. Las débiles campanadas del reloj seguían cayendo, pero eran difícilmente audibles tras los gritos de los aproximadamente millar y medio de asistentes al enfrentamiento. Al final, y sobre la última campanada, Coe cruzó la línea de llegada, seguido a un paso por Cram, ante la enfervorizada concurrencia. "Cruzó la línea antes de que el reloj dejara de tañir", dijo Norris McWhirter, cronometrador oficial. 
 "En realidad son cuatro sprints separados", decía Coe una vez repuesto del esfuerzo, "porque es parar, empezar, parar, empezar". 
***
"Coe, y probablemente Cram, pues sobre el terreno el griterío hizo imposible saber si ambos llegaron a la meta antes de que sonara la última campanada, sumaron sus nombres al de Lord Burghley en ser los únicos que hasta la fecha han recorrido el patio rectangular en el lapso existente entre la primera y la última señal de las doce. Abrahams, quien en la película gana tal carrera a Lindsey, nunca hizo tal gesta. La película está llena de licencias argumentales y una de ellas es la legendaria carrera. 
 Por lo pronto, la escena se rodó en Eton porque los responsables del Trinity College se negaron en su día a que tan prestigiosa institución (fundada en 1546 por Enrique VIII y en la que trabajaron o estudiaron desde Isaac Newton a Lord Byron, y que tiene su nombre asociado con 26 Premios Nobel) estuviera envuelta en un fenómeno comercial. 
 Harold Abrahams, quien una vez dijo que le desagradaban las distancias por encima de las 220 yardas (201,1 metros), nunca se batió contra el reloj de la torre del Trinity, y sobre el tiempo del récord de Lord Burghley hay dudas. Algunas fuentes le atribuyen un tiempo de 46 segundos, que es lo que viene a tardar en sonar las 24 campanadas, pues el reloj tañe por pares. El director del College en 1927, sir J. Thomson, manifestó que el atleta había recortado en su carrera las esquinas del rectángulo, lo que le habría permitido ganar algún tiempo. El propio Lord Burghley mantuvo un diario sobre todos los acontecimientos atléticos en que participó y la entrada correspondiente al 7 de junio de 1927 dice: "Corrí sobre las losas alrededor del patio del Trinity College mientras el reloj daba las doce y lo hice justo antes de que sonara la penúltima campanada, en un tiempo de 42,5 segundos. Testigos Tuckit, M. Allan, R. L. Howland y otros".
***
"No hay constancia de que esta carrera contra reloj (disputada de vez en cuando a medianoche por grupos de estudiantes que rematan así una tarde-noche de farra, con los resultados que pueden imaginarse) la haya realizado con éxito ningún otro atleta, aunque un antiguo responsable de Educación Física del Trinity tiene la vaga idea de que algún norteamericano lo intentó en los años cincuenta, después de uno de los tradicionales enfrentamientos de Oxford y Cambridge contra las universidades de Harvard y Yale".

 Coe llegó a meta un metro por delante de Cram, realizando un crono de 45.52 segundos en 367 metros. Ante semejante reto, lo nuestro de anoche no tuvo la menor dificultad, y menos para los que preparamos las uvas de antemano quitándoles la piel y los huesesitos. En fin, les diese o no tiempo a comérselas, les deseo lo mejor para este 2015 que recién estrenamos. ¡Que traiga salud para todos, que para lo demás ya nos apañamos!

 Aquí les dejo el vídeo de la carrera



y el enlace al artículo de Ricardo M. De Rituerto que apareció en El País del 30 de octubre de 1988, el mismo que yo tengo en papel en casa.

http://elpais.com/diario/1988/10/30/deportes/594169210_850215.html


 Y lo dicho, ¡¡Feliz Año Nuevo!!


Nota: Y no se olviden de seguir compartiendo mi SOS Navideño entre sus amistades. Aquello de "No subestimes el poder de Santa Claus".

http://pedrodelgadofernandez.blogspot.com.es/2014/12/sos-navideno.html


viernes, 28 de marzo de 2014

LOS SIETE MAGNÍFICOS



Sí, sí..., ya sé que sólo hay seis atletas en la fotografía, pero no puedo dejar de acordarme del mítico western de Johs Sturges cada vez que la miro pues probablemente yo podría estar allí, junto a ellos, de no haber tenido que correr aquel día algún cross o un 1.500.
 La imagen, tomada en la pista de atletismo de la Ciudad Deportiva de Carranque, recoge los instantes previos a la salida de un 800, y en ella se pueden ver, de izquierda a derecha, a Francisco Espejo, Tristán González, Miguel Bandera, Juan Sarria, Rafael Morales y Erik Berg Madsen.

Francisco Espejo, Tristán González, Miguel Bandera, Juan Sarria, Rafael Morales y Erik Berg Madsen en los instantes previos a una salida de 800 metros en la pista de atletismo de Carranque en 1982 (Fotografía: Leal)

 Le he preguntado a Miguel Bandera por la fecha de la prueba y me ha dicho que es de febrero de 1982 (el año del ascenso a División de Honor en Fuenlabrada). También me ha comentado detalles curiosos, como que ni él ni Juani llevan la camiseta oficial del club CAIM, en el que todos militaban por entonces, porque las de la talla L no llegaron hasta más tarde. Juan corrió con la de la temporada anterior. Y dos apuntes de premio: salió de liebre marcando el ritmo Tristán, que pasó a 54.5, y Miguel hizo una marca de 1.59.5 en una carrera que ganó Francisco Espejo con 1.54.
 No sé si alguno más de ellos se acordará de su orden de llegada o de los tiempos que les cronometraron, pero de ser así les ruego que lo apunten aquí a modo de comentario. Juan Sarria no se acuerda de nada de eso, pero me apunta que el atleta que se ve de pie y de espaldas, a la derecha de la imagen, es su hermano Manolo Sarria quien estaba participando en la prueba de longitud.

 En fin, ya de paso, aprovechen los lectores de este blog para revisar ese magnífico western, curiosa adaptación de la película de Akira Kurosawa Los siete valientes, Los siete samurais. La banda sonora de Elmer Bernstein no tiene desperdicio.





 Por cierto, ahora que lo pienso, encuentro cierta similitud entre ese grupo de pistoleros que aceptan un trabajo, no por dinero, sino por la oportunidad de volver a la acción, y ese otro grupo de atletas que, por lo mismo, se están volviendo a calzar las zapatillas deportivas. Ánimo a todos ellos.