Adidas ROM (Eran para jugar en sala, pero nosotros las llevábamos hasta para salir) |
Estos son algunos de los modelos de zapatillas minimalistas que teníamos los que estudiamos la E.G.B.
Zapatillas de lona John Smith (sabíamos que en teoría eran para baloncesto, pero gracias a nuestras madres las hicimos polivalentes) |
Adidas Stan Smith (Con ellas pasaba como con las anteriores: sabíamos que eran para jugar al tenis, pero se usaban para todo) |
Adidas SL72 |
Adidas SL76 (Una mejora del modelo anterior que llevaba Starsky, el poli de la serie Starsky y Huctch) |
Yumas Galaxia (otro clásico de la época, producto nacional, como las Paredes y las Kelme) |
Creedme que éstas son las mejores, pues al principio teníamos que conformarnos con unas tórtolas, unas victoria o unas bambas con las que dábamos Educación Física, corríamos las vueltas de rigor en torno al patio, jugábamos al fútbol, al sota-caballo-rayo, pedaleábamos en la Peugeot o en la Orbea (no la mires que se estropea) o intentábamos subirnos a uno de esos sancheskis naranja sin rompernos la crisma (confieso que la vez que me lo prestaron me hice un esguince de tobillo del copón, con lo cual se acabó rápido eso de hacer el Leiff Garref). Estas zapatillas de marca estuvieron reservadas para los últimos años de la E.G.B., y eso los que lográbamos convencer a nuestras madres de que los modelos horrendos y, claro está, más económicos que ellas proponían se iban a romper mucho antes.
Zapatillas Tortolas de los años 70 |
Bambas |
Cuando empecé a correr en el equipo de atletismo del colegio Los Olivos, estos eran los modelos de zapatillas que llevábamos. Es decir, que correr, correr, se puede correr con cualquier cosa (sino que le pregunten a mi amigo Ángel Bueno que también corría por aquella época en los cross de Portada Alta).
Como comprenderéis, cuando el progreso nos trajo zapatillas más blandas y con mejores acabados, lo flipamos.
Y no os digo nada cuando llegaron las adidas TRX. ¡Dios! Son las zapatillas que recuerdo con más emoción.
Decir que las pulí es poco, las llevé hasta que se les cayó la suela a trozos. Y, aún así, seguía ganando carreras y mejorando marcas.
¿Significa eso que se debe correr con unas zapatillas pulidas? Pues claro que no, aquello era fruto de una época, una época que, ahora que lo pienso, ha acabado pareciéndose a ésta. Vale que les metas kilómetros a las zapatillas por mor del presupuesto, pero de ahí a hacerlo por veleidades minimalistas va un trecho. Para los profanos o los que se inician en este deporte, os diré que lo básico es tener dos zapatillas:
-unas de entrenamiento para las sesiones generales (son zapatillas más pesadas y con mayor amortiguación),
-y otras de competición para los entrenamientos específicos: series, interval, carrera continua rápida y la propia competición (son zapatillas muy ligeras y con menos amortiguación).
Y luego están las zapatillas de clavos. Las hay de pista y de cross (incluso, si flojea la economía podemos usar las mismas para ambas especialidades cambiándole la longitud de los clavos). Las zapatillas de clavos son muy minimalistas, de ahí que en fondo y mediofondo sólo se usen en la competición y en algunos entrenamientos (intervals muy rápidos y series por encima del ritmo de competición), pues te cargan mucho los gemelos.
En la época en la que me patrocinaba Karhu, Joma o Mizuno, cambiaba de zapatillas de entrenamiento cada pocos meses, y compaginaba varias de competición en la misma temporada (reservaba unas para los entrenamientos rápidos y otras para las competiciones en función de la distancia de éstas: millas, carreras de cinco o diez kilómetros, medias, y maratones en el momento en que me tocó subir de distancia).
Para mí esto es lo ideal, usar un calzado específico para cada cosa (igual que usé unas Mizuno de montaña cuando corrí en el 99 la maratón alpina del Aneto), pero ahora que no me patrocina nadie y me cuesta el dinero, intento alargar la vida deportiva de mis zapatillas. Algo a lo que también contribuye, claro está, que no haga ni un tercio de los kilómetros que hacía antes. De esta manera, las de entrenamiento me duran toda la temporada, y algo más las de competición. Pues bien, por alargarles la vida más de la cuenta a estas últimas ando lesionado del talón izquierdo.
Moraleja: No trates de alargarles la vida a las zapatillas porque al final acabarás pagándolo caro.
Y otro consejo para los que pesáis más de 65 kg: muchas zapatillas de competición son para atletas de un peso específico (la mayoría para atletas de menos de 60 kilos), así que tenedlo en cuenta a la hora de comprar vuestras zapatillas. Si sólo vais a tener una zapatilla para todo, deberíais primar la amortiguación antes que la levedad, sobre todo si pesáis más de 65 kilos.
Por supuesto que ésta es mi opinión, la de alguien que lleva corriendo desde los 14 años y que ha estado siempre inmerso en el atletismo de competición, muy diferente a lo que es hoy día el mundo de las carreras populares, del running o, como antes se le llamaba, del footing. Sé lo que opinan los que propugnan las teorías minimalistas y de barefoot, todo eso de los apoyos, de Caballo Loco y demás. ¿Qué os puedo decir? Si os sentíis más en contacto con la naturaleza corriendo descalzos o con apenas un trozo de suela debajo de la planta del pie, pues seguid haciéndolo; pero para mí sería como volver a la E.G.B.
Pedro Delgado (con unas Munich de las que usa ahora para vestir) y Jesús Suárez "Pipi" (con las primeras Nike que trajeron a Málaga) entrenando en la Universidad Laboral en 1981.
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Y no os digo nada cuando llegaron las adidas TRX. ¡Dios! Son las zapatillas que recuerdo con más emoción.
Adidas TRX, las ferrari de la época |
Decir que las pulí es poco, las llevé hasta que se les cayó la suela a trozos. Y, aún así, seguía ganando carreras y mejorando marcas.
Pedro Delgado Fernández (con sus zapatillas adidas TRX) recibiendo de manos del alcalde de Mijas, Antonio Maldonado, el trofeo al Campeón Absoluto de la Fiesta del Deporte. Mijas, Málaga, 19-3-1982.
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¿Significa eso que se debe correr con unas zapatillas pulidas? Pues claro que no, aquello era fruto de una época, una época que, ahora que lo pienso, ha acabado pareciéndose a ésta. Vale que les metas kilómetros a las zapatillas por mor del presupuesto, pero de ahí a hacerlo por veleidades minimalistas va un trecho. Para los profanos o los que se inician en este deporte, os diré que lo básico es tener dos zapatillas:
-unas de entrenamiento para las sesiones generales (son zapatillas más pesadas y con mayor amortiguación),
-y otras de competición para los entrenamientos específicos: series, interval, carrera continua rápida y la propia competición (son zapatillas muy ligeras y con menos amortiguación).
Y luego están las zapatillas de clavos. Las hay de pista y de cross (incluso, si flojea la economía podemos usar las mismas para ambas especialidades cambiándole la longitud de los clavos). Las zapatillas de clavos son muy minimalistas, de ahí que en fondo y mediofondo sólo se usen en la competición y en algunos entrenamientos (intervals muy rápidos y series por encima del ritmo de competición), pues te cargan mucho los gemelos.
En la época en la que me patrocinaba Karhu, Joma o Mizuno, cambiaba de zapatillas de entrenamiento cada pocos meses, y compaginaba varias de competición en la misma temporada (reservaba unas para los entrenamientos rápidos y otras para las competiciones en función de la distancia de éstas: millas, carreras de cinco o diez kilómetros, medias, y maratones en el momento en que me tocó subir de distancia).
Para mí esto es lo ideal, usar un calzado específico para cada cosa (igual que usé unas Mizuno de montaña cuando corrí en el 99 la maratón alpina del Aneto), pero ahora que no me patrocina nadie y me cuesta el dinero, intento alargar la vida deportiva de mis zapatillas. Algo a lo que también contribuye, claro está, que no haga ni un tercio de los kilómetros que hacía antes. De esta manera, las de entrenamiento me duran toda la temporada, y algo más las de competición. Pues bien, por alargarles la vida más de la cuenta a estas últimas ando lesionado del talón izquierdo.
Moraleja: No trates de alargarles la vida a las zapatillas porque al final acabarás pagándolo caro.
Y otro consejo para los que pesáis más de 65 kg: muchas zapatillas de competición son para atletas de un peso específico (la mayoría para atletas de menos de 60 kilos), así que tenedlo en cuenta a la hora de comprar vuestras zapatillas. Si sólo vais a tener una zapatilla para todo, deberíais primar la amortiguación antes que la levedad, sobre todo si pesáis más de 65 kilos.
Por supuesto que ésta es mi opinión, la de alguien que lleva corriendo desde los 14 años y que ha estado siempre inmerso en el atletismo de competición, muy diferente a lo que es hoy día el mundo de las carreras populares, del running o, como antes se le llamaba, del footing. Sé lo que opinan los que propugnan las teorías minimalistas y de barefoot, todo eso de los apoyos, de Caballo Loco y demás. ¿Qué os puedo decir? Si os sentíis más en contacto con la naturaleza corriendo descalzos o con apenas un trozo de suela debajo de la planta del pie, pues seguid haciéndolo; pero para mí sería como volver a la E.G.B.
Wowwww, que recuerdos me trae a mí esa foto. Yo había corrido también la edición del año anterior, con sólo 7 años. Recuerdo esa entrega de premios.
ResponderEliminarRespecto a las zapas, de las que ilustran el post sólo utilicé las bambas. Historia del atletismo en pocas imágenes, jejeje.
Un abrazo
Jaja. Ya imagino, siendo de Mijas... Seguro que hasta conoces a los que salen en la foto (aparte del alcalde, claro está, del que recuerdo que era muy buena gente).
EliminarPues anda que no usé yo también las bambas... Las tenía para todo, menos mal que al final quedaron sólo para la playa.
Creo recordar que corrí más carreras en Mijas, pero me parece que no tengo fotos de ellas. Si las encuentro, volverá a aparecer tu pueblo por aquí. Mientras tanto, un abrazo para ti, tu familia y todos esos mijeños pata negra que conozco.
Dios mío las auténticas tortolas que recuerdos cuando empeze a correr con mi hermano manolo haciendo kilómetros y kilómetros hasta que se te incaban literalmente el gobre interior en la planta de los pies
ResponderEliminar¡Jajaja! Dale un abrazo a tu hermano Manolo, que creo que también ha estado lesionado un tiempo, y dile que lo nombro en la posdata de "El expreso de la Unión". Seguro que su nombre vuelve a aparecer en algún otro post.
EliminarSaludos a los dos. Y a los amigos de Antequera.
De ahí conozco las John Smith, que también simultaneaba con unas Randy... nunca me llegó la paga para comparme unas Converse, jajaja. Similares a las Adidas Stan Smith había unas Rebook, que todavía se comercializan. Creo que tuve unas Yumas, recuerdo que tenía una banda fluorescente en un lateral. Las tipo bambas todavía las uso, fresquitas en verano, con la suela de esparto. Las munich esas eran propias de marchadores, había otras color mostaza y otras grises, ambas con la X azul, un clásico. Lo más destacable de esta linea de zapatilas, más enfocadas al running era el tejido acolchado que tenían en el empeine, tipo plástico e impermeable.
ResponderEliminarme ha gustado mucho la entrada , que buenos recuerdos de los 80, y muy bien expuesto, jeje
ResponderEliminarquizás no sea tu intención, pero no hay necesidad de intentar ridiculizar a los que corremos con minimalistas, aunque es tu blog y lógicamente dices lo que te de la gana, solo faltaría =).
Yo también llevo en el mundo del atletismo desde el colegio, y he probado todo tipo de zapatillas con todo tipo sistemas de corrección de pisada, tecnología, amortiguación, etc. Son casi 25 años disfrutando de este deporte, y desde que cambié al barefoot /minimalismo mucho mejor todavía.
Mi experiencia ha sido muy buena, mejor de lo que me imaginaba. El primer día que corrí descalzo fué una vez que estaba entrenando series en la pista, me decidí, me quité zapatillas y calcetines y empecé a trotar suave con cierto temor, al poco rato estaba trotando y haciendo series descalzo (no hice tampoco muchas), sin darme cuenta me salía una técnica algo diferente, sobre todo no caer con el talón y lo que más me llamó la atención es que ejercitaba otras zonas de los pies y las piernas que antes no lo hacían.. todo fué bien, eso si, fuí poco a poco. Pero es solo mi experiencia, ojo, que no propugno nada ;o)
Desde entonces me he pillado varios pares de zapatillas minimalistas y unas sandalias, lo bueno es que no hay problemas de pisadas, de peso, de desgaste de amortiguación, estoy muy contento con el cambio.
nos vemos rodando por ahí !!!
Créeme, Rafa, que no era mi intención ridiculizar a nadie, sólo dar mi opinión sobre el tema con un poco de humor fino y contenido, pues el asunto da para mucho.
EliminarPara los que quieran probar tu experiencia, y como tú bien dices, les recomiendo que vayan poco a poco. Leí en algún sitio que para que la adaptación sea perfecta y no haya problemas, no se debe correr descalzo al principio más de 500 metros al día, y siempre por césped o superficie blanda, y que sólo a partir de los seis meses se podía empezar a correr más metros y por superficies más duras. Yo, aún así, lo de correr descalzo lo veo un poco de locos, dicho con todo el cariño del mundo, como cuando me lo decían a mí al verme debajo de los palos de una portería con las rodillas ensangrentadas.
Bueno, Rafa, espero coincidir contigo en alguna carrera y ponerte cara, e intentaré que algún podólogo de aquí su opinión sobre el tema con algún post.
Un saludo.