lunes, 27 de abril de 2020

DÍAS MARCADOS CON X


Fred Forster. Fotografía: Austin Brewin

Hace dos domingos leí un artículo en El País que hablaba sobre estos días de confinamiento y pandemia. Un texto que firmaba Kiko Amat, escritor (su última novela es Antes del huracán (Anagrama, 2018)) y periodista. Y como me gustó, y en la parte final sale a colación el rugby, de una forma que me pareció muy tierna y emotiva, he decidido compartirlo con ustedes.

DÍAS MARCADOS CON X
Por Kiko Amat
La última vez que marqué los días con X fue en 1990, cuando hacía la mili en la base de submarinos de Cartagena y me llamaban El Mesías ("porque me quedan días"). Las ristras de X de mi calendario significaban que me hallaba a las puertas de la vida civil. El confinamiento de la covid-19 se parece a aquello solo en lo malo. En la mili estabas hacinado contra tu voluntad, junto a extraños, igual que ahora (¡es broma, familia!), pero al menos se veía un final diáfano. No existía la posibilidad del "repunte del contagio", y por tanto dormías con menos congoja.
 En resumidas cuentas: sabes que el confinamiento está haciéndote perder la razón cuando el servicio militar obligatorio empaña tus ojos de añoranza.
 Antes dije que marco los días con X, pero en realidad las grafitean mis hijos, triscando con fecunda alegría, como straight edges en pleno subidón de gaseosas. Para ellos esto es raro y divertido, pero resulta que yo soy escritor. Ya hacía esto. Era mi "hábito de arte", como decía Flannery O'Connor.
 Ahora el único hábito que mantengo es esperar a que se abra la puerta de mi despacho y aparezca un jeto amigable (o autoritario) invitándome a zumba, Zelda, kung-fu, cineclub balcánico o vermut en el terrado (a lo último me apunto, si insistís). El arte se fue al carajo en algún punto de la segunda semana. Y, sin embargo, la situación actual me resulta fascinante. Crecí con El día de los trífidos. De niño solo podía conciliar el sueño si me imaginaba flotando por el cosmos en una cápsula individual. El paisaje de los cuentos que escribía era un planeta de calles vacías.
 No estoy diciendo que disfrute del escenario presente. Estoy diciendo que me resulta familiar, y lo familiar, por asqueroso que sea, siempre conserva una cierta mullidez.
 A mi padre también le encantaban los sitios angostos y el confinamiento solitario, pero dejaron de encantarle de repente, cuando pilló el coronavirus y nos prohibieron verle. Estuvo ingresado varias semanas en el hospital de Sant Boi. El día que le dieron el alta fui a recogerle, y me lo encontré ya en la puerta, en silla de ruedas, junto a una enfermera enmascarada. Mi padre, que de joven arrastraba a jugadores contrarios por el fango, había perdido peso y llevaba barba de días. Le vi débil. Salí del coche y me acerqué a él y no podíamos abrazarnos, así que nos saludamos con golpes de mentón, como ingleses. La enfermera me lo entregó y lo empujé hacia el coche. Olía a sudor y ropa sin lavar. Su expresión era de cansancio, fastidio y tristeza, como si esta vez le hubiesen derrotado, aunque no era así; el virus no pudo con su robusto andamio de exrugbista.
 Déjame un momento al sol, me dijo, poniéndose en pie. Le dejé allí mientras yo iba abriendo el maletero. Mi padre observó algo a mi espalda, rió y negó con la cabeza. Me volví. En la tapia de ladrillos rojos del cementerio vecino, junto a los nichos visibles, enfocada hacia las ventanas del hospital, colgaba una pancarta enorme donde se podía leer: Todo va a salir bien. NO ESTÁIS SOLOS.

https://kikoamat.wordpress.com/2020/04/20/dias-marcados-con-x/

domingo, 26 de abril de 2020

UN POCO DE HUMOR ENTRE TANTA DESGRACIA

Por favor, a no ser que seas Rocky Balboa o Mariano Rajoy, no salgas todavía a la calle a hacer deporte porque esto es lo que te espera.


 Aguantad hasta el 2 de mayo. Ese día, si no repuntan los contagios, el Gobierno permitirá salir a correr o a realizar cualquier otro tipo de actividad física. Ánimo, que ya falta menos.

jueves, 23 de abril de 2020

LA LECTURA Y EL EJERCICIO


Jaime "Tubo" Gómez, guardameta de las Chivas de Guadalajara (México)


La lectura es para la mente lo que el ejercicio es para el cuerpo.
Joseph Addison


Triste es que permanezcan las librerías y las bibliotecas cerradas, más hoy que se celebra el Día del Libro. Pero no queda otra. Ya las llenaremos cuando vuelvan a abrir.

 En este periodo de confinamiento las librerías están sufriendo un duro varapalo, por eso, desde Calle 1, quiero pediros que las apoyéis. Estos templos de la cultura necesitan, ahora más que nunca, de vuestra ayuda para sobrevivir. Si no queréis que las librerías de vuestros barrios o las del centro de vuestras ciudades desaparezcan, tendedle una mano.

 Entra en todostuslibros.com y crea un vale (con cualquier cantidad de dinero) eligiendo tu librería. Podrás canjearlo por libros en cuanto retomen la actividad.

 Aquí en Málaga la iniciativa ha partido de Librerías Proteo y Prometeo, a la que desde aquí le mando todo mi cariño y apoyo.


 Nos vemos pronto.

 ¿Cómo? ¿Quieren saber la historia que hay detrás de la fotografía con la que abro la entrada? Pues ahora les cuento.

 La imagen, por increíble que parezca, no pertenece a ningún entrenamiento, sino a un partido oficial de la liga mexicana, y recoge un acto antideportivo del portero del Chivas de Guadalajara, Jaime "Tubo" Gómez. Se produjo en un encuentro con el otro equipo de la ciudad, el Atlas, y ocurrió un 24 de abril de 1955. A los pocos minutos de partido, el Chivas iba ganando 3-0, y viendo que la afición rival la tomaba con él y lo increpaba, decidió pedirle una revista a un aficionado de su equipo que había detrás de la portería y, a modo de mofa, sentarse apoyado en el poster a leer. La acción duró unos instantes, pero dio tiempo a que la captaran los fotógrafos y el público de las gradas, que jaleó o recriminó el acto según los colores de su equipo.



#QuédateEnCasaYLee
#MuéveteEnCasa

martes, 14 de abril de 2020

ABRAZOS PARA EL CONFINAMIENTO


John Chappory y Rafael Morales tras correr los 800 metros (año 1984)
Morales fue 1º y Chappory 2º. Prueba de Liga de Club en la 1º fase
Pista del Arroyo de la Miel, Benalmádena (Málaga)
Fotografía: José A. García Calle

Llevamos un mes de encierro, y los que estamos en compañía intentamos vivir los días como los científicos que están en la Antártida o los astronautas de la Estación Espacial Internacional. Al igual que ellos, nos centramos en el presente y no en lo que no se puede controlar; intentamos levantarnos y acostarnos a una hora prudente para que no se nos trastoque el sueño; leemos, escribimos, escuchamos música o vemos películas para que no se deteriore el funcionamiento cognitivo de nuestro cerebro; hacemos ejercicio físico para no aumentar de peso, liberar endorfinas y no perder musculatura; intentamos ser agradables y respetar el espacio del otro para que no haya conflictos; y le hacemos fiesta a los pequeños placeres que nos va deparando el día (un té o un café perfecto, un vermú a su hora, con su soda y su rodajita de naranja, observar los gorriones, mirlos y palomas que se dejan caer en el patio o la terraza, acariciar la cabeza y el lomo de nuestra mascota distraídamente...).
 Ayer oí que son casi cuatro millones ochocientas mil personas las que viven solas en España, y que ya llevan cuatro semanas sin poder acercarse a sus amigos y familiares. Treinta y un días de encierro y cero abrazos. Un desafío mayúsculo comparado con el nuestro, los que podemos abrazarnos, besarnos y agarrarnos la mano para espantar el desánimo.
 A todas ellas les mando desde aquí un abrazo.
 Y otro para los dos amigos que encabezan esta entrada. 

domingo, 12 de abril de 2020

CÓMO ENTRENA UN VELOCISTA EN EL SALÓN DE SU CASA


Bruno Hortelano, Campeón de Europa de 200 metros en 2016
Fotografía: Geert Vanden Wijingaert

Aunque no haya partidos de liga ni de champions ni de nada, el fútbol sigue copando la información deportiva de los telediarios y dándonos la tabarra con el presidente y la directiva del Fútbol Club Barcelona, o con cómo se preparan para reanudar la competición en Alemania, como si todo eso nos importase mucho. Menos mal que ayer le dedicaron un minuto al atletismo en el informativo de La 1, y apareció Bruno Hortelano mostrándonos cómo entrena un velocista entre cuatro paredes.
 Aquí les dejo el vídeo por si no lo vieron, o por si quieren copiar los ejercicios para ponerlos en practica estos días en el salón de sus casas.

Bruno Hortelano entrenando en el salón de su casa
Telediario 15 horas. 11/04/20. RTVE.es

 Bruno Hortelano es el actual plusmarquista nacional de 100, 200 y 400 metros y del relevo 4 x 100. Se proclamó Campeón de Europa de 200 metros en 2016. En el Campeonato Europeo de Atletismo de 2018 logró un 4º puesto en los 200 metros y un bronce por equipos en el relevo de 4 x 400.

#SeguidEntrenandoEnCasa
#YoEntrenoEnCasa

martes, 7 de abril de 2020

SI TANTAS GANAS TENÉIS DE SALIR A CORRER, HACEDLO CON XOEL LÓPEZ


En el telediario de La 1 de hoy han dicho que en París se va a prohibir correr entre las 10 de la mañana y las 7 de la tarde, pero aquí, a pesar de los bulos en forma de BOE trucado, seguimos sin poder correr a ninguna hora del día.
 Tampoco se puede correr en las zonas comunitarias: garajes, azoteas, zonas ajardinadas o escaleras del bloque. Así que sed responsables. Y si os dan muchas ganas de correr, haced como yo, meteros en YouTube y corred un ratito con Xoel López, el músico gallego.


 De la playa de Guadalmar a casa. Y si quieres más, te lo vuelves a poner y te das otra carrerita desde la Malagueta o la Misericordia.

 Mientras corría, por aquello de hacerlo junto a un gallego, me acordé de algunos ilustres atletas de esos lares con los que compartí pistas, campas, barrizales y alguna que otra queimada. Alejandro Gómez Cabral, José Carlos Adán Arias, Pilar Veiga Barbazán, Manuel García Gendra y Julio Rodríguez que entrenaba a los dos primeros. Un abrazo para todos ellos desde Málaga.


#NoSeáisPesadosQueTodavíaNoSePuedeCorrer
#YaHabráTiempoDeCorrer


miércoles, 1 de abril de 2020

¿POR QUÉ NO SE PUEDE SALIR A CORRER DE NOCHE Y EN SOLITARIO?


Correr, o mejor dicho no correr, en tiempos del Coronavirus
Fotografía: Pedro Delgado

 Comprendo todas las medidas que se han tomado para hacerle frente al coronavirus, pero al principio no entendía una de ellas: la de no poder correr por la calle.

 Los obreros de las constructoras seguían levantando edificios ladrillo a ladrillo, codo con codo, porque los he visto a pie de obra cuando he ido a comprar el pan y la prensa, mientras que nuestros atletas de élite, cerrados los centros de alto rendimiento, no podían salir a entrenar, que también es su trabajo. Algunos protestaron y salieron en el telediario (19/03/20 - RTVE), pero al igual que se levantó la medida a las personas diabéticas para que salieran a caminar, a los atletas no se les permitió salir a correr. Seguro que alguno lamentó no tener un galgo para pasearlo a la carrera.

Correr, o mejor dicho no correr, en tiempos del Coronavirus
Telediario 15 horas. 19/03/20. RTVE.es

 ¿Por qué en España no se deja correr y en otros países (como Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido o Estados Unidos) sí?, me preguntaba, refiriéndome, por supuesto, a salir a correr en solitario, manteniendo la distancia de seguridad con otros corredores e incluso limitando las carreras a unas horas determinadas de la noche.

 No tenía una respuesta para ello, y artículos como Confundir humanos con osos*, de Julio Tous, parecían corroborar lo absurdo de la norma. Pero estos días, viendo como no deja de aumentar la curva de infectados y el número de muertos, comprendo que no queda otra que el confinamiento total si queremos cortar la cadena de transmisión del virus, y que los corredores no podemos ser "como aquellos músicos que continuaron tocando mientras se hundía el Titanic".

 Para la tranquilidad de los atletas de élite, los grandes eventos atléticos ya se han suspendido o aplazado, y los que todavía no lo han hecho deberían de hacerlo, pues las condiciones monetarias de cada uno, o la laxitud de esta medida en otros países, agrava la brecha deportiva. No es lo mismo el atleta que tiene un gimnasio en el garaje que el que no lo tiene; el que goza de una piscina privada que el que no; el que tiene dinero para comprarse un rodillo o una cinta de correr que el que no; el que vive en un ático con terraza amplia, o tiene una parcela privada en la que ejercitarse, que el que vive en uno de esos minipisos que se construyen ahora, donde a duras penas puedes moverte.

 Desde el lunes todos los trabajadores de actividades no esenciales, como las obras de las que les hablaba más arriba, deberán quedarse en casa las dos próximas semanas. Todo para reducir más la movilidad, frenar la capacidad de contagio del virus y descongestionar las UCIs de los hospitales, donde otros héroes  han venido a suplir a los héroes deportivos de los estadios. Son los que están en primera línea del frente, el personal sanitario que se deja la piel, y a veces la vida, por salvar la de los enfermos, y que me van a permitir que los represente aquí en una única foto, la de mi hermano Marcial Delgado, que trabaja en el Hospital Regional de Málaga, el lugar donde nació hace 55 años.

Doctor Marcial Delgado Fernández
Hospital Regional de Málaga

 ¡Gracias por tu entrega, brother! Estamos orgullosos de ti, y esperando a que todo esto pase para darte un grandísimo abrazo.


*En este enlace pueden leer el artículo de opinión Confundir humanos con osos, de Julio Tous, aparecido en El País el domingo 22 de marzo de 2020. En su momento, aunque le hayan dado caña en los comentarios (hay gente con poca comprensión lectora), tuvo sentido y me pareció muy acertado, pero hoy día la situación es muchísimo más grave y no queda otra que el confinamiento total.

https://elpais.com/deportes/2020-03-21/confundir-humanos-con-osos.html

#QuédateEnCasa