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sábado, 26 de agosto de 2023

DE LA PLENITUD DE LA MARCHA ESPAÑOLA A LOS MUNDOS PARALELOS DE RAFAEL MARTÍN


Álvaro Martín y María Pérez, doblete histórico en el mundial de Budapest
Fotografía: RFEA

El éxito de la marcha española en el Mundial de Atletismo que se celebra estos días en Budapest, con ese doblete histórico que han conseguido Álvaro Martín y María Pérez, esos cuatro oros en los 20 y los 35 kilómetros marcha, me ha hecho recordar el paso del exmarchador Rafael Martín (subcampeón del mundo por selecciones en 1993 en los 20 km marcha) por el ciclo Leyendo a la carrera, que celebramos en El Tercer Piso de la librería Proteo de Málaga en el mes de febrero.

Pedro Delgado, Rafael Martín y Héctor Márquez
Presentación de Mundos paralelos en El Tercer Piso (Librería Proteo)
Málaga, 3 de febrero de 2023

 Aquel ya lejano 3 de febrero, Rafael Martín presentó Mundos paralelos (Ediciones del Genal, 2022), su primer libro de fotografías y relatos viajeros. Lectores, montañeros, viajeros, atletas y exatletas se dejaron caer por allí, e incluso contamos con la presencia de Enrique López Cuenca, presidente de la Federación Andaluza y vicepresidente de la Federación Española de Atletismo.

Rafael Martín con su familia y Enrique López Cuenca
Presentación de Mundos paralelos en El Tercer Piso 

 Fue una charla cálida y pausada entre Rafael Martín, Héctor Márquez y un servidor, en la que también intervino el público asistente, al que desde aquí quiero agradecer que eligiera este acto entre todos los que se desarrollaron esa tarde en Málaga.

 Como recuerdo de esa primera sesión del ciclo Leyendo a la carrera, les dejo aquí el vídeo del inicio del acto con la lectura del prólogo, el vídeo completo de la presentación y algunas fotografías de la misma.


***

Pedro Delgado, Rafael Martín y Héctor Marquez
Presentación de Mundos paralelos (Ediciones del Genal)
Fotografía: Lucía Rodríguez

Presentación de Mundos paralelos en El Tercer Piso (Librería Proteo)
Fotografía: Lucía Rodríguez

Pedro Delgado, Rafael Martín y Héctor Márquez
Presentación de Mundos paralelos en El Tercer Piso
Fotografía: Lucía Rodríguez

Presentación del libro de viajes Mundos paralelos (Ediciones del Genal)
Fotografía: Lucía Rodríguez

Presentación del libro de viajes de Rafael Martín en la librería Proteo
Fotografía: Lucía Rodríguez

Héctor Márquez leyendo El artista, uno de los relatos de Mundos paralelos
Fotografía: Lucía Rodríguez

Pedro Delgado, Rafael Martín y Héctor Márquez
Presentación de Mundos paralelos, de Rafael Martín
Fotografía: Lucía Rodríguez

Rafael Martín en el ciclo Leyendo a la carrera
El Tercer Piso (Librería Proteo)
Fotografía: Lucía Rodríguez

«El momento deportivo que más me marcó fue la entrada como primer campeón olímpico de la historia del atletismo español de Daniel Plaza en la prueba de 20 Km marcha en Barcelona 92, mientras que a 300 metros de entrar al estadio era descalificado Valentí Massana cuando ocupaba la segunda posición. La alegría del campeón olímpico Daniel Plaza contrastaba con la amargura de Valentí al ser descalificado. Dos caras del deporte totalmente opuestas en pocos metros».
Rafael Martín

El marchador internacional Rafael Martín en el ciclo Leyendo a la carrera
El Tercer Piso (Librería Proteo)
Fotografía: Lucía Rodríguez

https://eltercerpiso.es/sesion/rafael-martin/

https://cartadesdeeltoubkal.blogspot.com/2022/03/mundos-paralelos.html


miércoles, 1 de febrero de 2023

MUNDOS PARALELOS, DE RAFAEL MARTÍN, EN EL TERCER PISO DE LA LIBRERÍA PROTEO

Este viernes tengo el placer de acompañar a Rafael Martín en la presentación de su primer libro de viajes: Mundos paralelos (Ediciones del Genal, 2022). El acto, organizado por El Tercer Piso*, tendrá lugar en la librería Proteo este viernes 3 de febrero, a las 19:00 horas, dentro del ciclo Leyendo a la carrera, que aúna literatura y deporte.

 Rafael Martín, que fue un destacado marchador, se incluye ahora en esa lista de escritores que fueron atletas y en la que figuran nombres de la talla de Antonio Soler, Alejandro Gándara o Daniel Azcona.

 Como digo en el prólogo, Mundos paralelos «reúne veintidós fogonazos, pequeñas piezas que transcurren, como aquel título de Paul Bowles, muy lejos de casa, y que definen la manera de ser y de viajar del autor. Sus relatos se desarrollan a lo largo del mundo, y vienen acompañados o ilustrados por otras tantas fotografías del propio autor». Para ejemplo, El artista, que nos mete en el interior de esta fotografía tomada en Masai Mara, Tanzania.

Masai Mara, Tanzania. Fotografía: Rafael Martín

EL ARTISTA

No sabía muy bien a dónde me llevarían los continuos saltos de matatus a taxis y de taxis a matatus, pero ya había decidido que quería tintar mi piel, aunque solo fuese mentalmente. Los pasajeros de los destartalados vehículos me miraban como si fuese un espectro, a la vez que me dejaban paso y sitio.

Todo parece un decorado cambiante, en pocas horas he pasado del verdor tropical a la sabana amarillenta. De repente corre a nuestro lado una hiena asustada. Tenemos que parar para que un grupo de jirafas cruce tras un paso de cebras. El regidor parece que ha abierto las jaulas para que el turista blanco no descubra que todo es un montaje.

La pequeña furgoneta se detiene en mitad de la nada polvorienta, el conductor me mira y señala con el dedo hacia el infinito. Por lo visto mi destino está allí, en el único sitio que los responsables de atrezzo han pasado de equipar.

Con mi pequeña mochila a la espalda comienzo a caminar sin dejar de mirar al conductor, que aletea con las manos como si quisiera empujarme con el viento. Le pedí un poblado masai en medio de la sabana y no estoy seguro que lo haya entendido. Así que lo único que me queda es confiar.

Estoy deseando pasar algunos días inmerso en la Prehistoria, pero todo lo destroza uno de los extras que ha salido a destiempo: un masai pedaleando en una bici de gama alta me hace pensar si lo que estoy viviendo es real.

Mundos paralelos

Rafael Martín

*El Tercer Piso, proyecto diseñado y dirigido por el periodista y gestor cultural Héctor Márquez, hace referencia a la tercera planta de la librería Proteo, aquella que ardió en el centro histórico de la ciudad en la madrugada del 6 al 7 de mayo del año 2021. Todo el mundo se volcó con los libreros, insuflándoles ánimos para levantarse después de tan duro batacazo. Y ese afecto, ese apoyo de los que consideraban a la librería como su casa, surtió efecto y, como un ave fénix, la librería volvió a reabrir sus puertas. Para agradecer y fomentar más si cabe ese sentimiento de comunidad, surge este proyecto cultural en torno al mundo del libro, la lectura, la literatura y la edición.

Para más información: https://eltercerpiso.es/el-tercer-piso/


viernes, 22 de diciembre de 2017

FIRMA DE LIBROS EN LA LIBRERÍA PROTEO



Hoy viernes 22 de diciembre, a partir de las seis y media de la tarde, estaré en la librería Proteo y Prometeo de Málaga conversando con los lectores y firmando ejemplares de mis libros. A los asistentes se les obsequiará con un bonito marcapáginas.


 Me acompañarán en la firma el africanista y viajero Luis Temboury, autor de los dos tomos de Nuestros nobles parientes, y Fernando Bonilla, con su libro Esencias de Málaga.
 Si todavía no sabes qué regalar estas navidades, regala libros con dedicatorias. Y si vives fuera de Málaga, solicítale a la librería Proteo y Prometeo un ejemplar firmado y dedicado por el autor y ellos te lo harán llegar por correo a casa.


Fotografía: Pedro Delgado

Librería Proteo y Prometeo
C/ Puerta Buenaventura nº 3
Málaga

viernes, 11 de noviembre de 2016

RAFAEL MARTÍN Y PEDRO DELGADO PROTAGONIZAN UN RELATO EN TALES


El marchador Rafael Martín Jiménez con la camiseta del Club Nerja

Acaba de salir el tercer número de la revista TALES, la apuesta editorial de Ignacio Rodríguez por el formato literario breve, y en sus páginas hay una sección dedicada a la literatura de viajes en la que aparece un relato mío, un inédito que lleva por título Illimani y que está protagonizado por Rafael Martín y un servidor.

Illimani, relato escrito por Pedro Delgado Fernández para la revista TALES

 Rafael Martín, que formó parte de la élite de la marcha española, con un subcampeonato del Mundo por selecciones en 1993, dejó a los 24 años el atletismo de élite para dedicarse a la montaña, de ahí que aparezca en este relato ambientado en una de las cumbres más impresionantes de Bolivia: el nevado del Illimani que domina, desde sus 6.462 metros de altura, la ciudad de La Paz.

 En la actualidad, Rafael es agente comercial de la firma de material deportivo Brooks, y dedica su tiempo de ocio a las carreras de montaña, la escalada en roca y el alpinismo, con un siete mil en su palmares: el Khan Tengri, en Kazajistán.

Rafael Martín en el descenso del Huayna Potosí, otro seis mil (6.080 mts) cercano a La Paz

Jordi Llopart, Rafael Martín, Valentín Massana, Daniel Plaza y Fernando Vázquez
Selección nacional en la Copa del Mundo de Marcha
Monterrey, México 1993

 Además de por ser uno de los componentes de la Selección Nacional de Atletismo durante las temporadas 1992-1995, Rafael Martín es muy recordado por la victoria que obtuvo en 1999 en la Subida Granada-Pico Veleta, una prueba de 50 kilómetros de lo más exigente que obligó a Rafael a marchar en las últimas rampas. Una bonita manera de obtener la victoria uniendo sus dos grandes pasiones: la marcha y la montaña.

Artículo de la Opinión de Málaga sobre la victoria de Rafael Martín en la Subida al Veleta
1 de agosto de 1999

 De jóvenes, decían que nos parecíamos, de ahí que juegue en este relato con el augurio de muerte que conlleva el encuentro con tu doble.

Poco después vislumbré a alguien entre la niebla, una figura fantasmagórica que se fue aproximando a mí. 
-¿Queda mucho para la cumbre? -le pregunté cuando estuvo a mi altura. 
-Sí -me respondió con sequedad. Luego se subió las gafas y me observó detenidamente-. ¡Coño, Pedrito! -exclamó efusivamente- ¿Qué haces aquí? 
-Pues ya vez -le dije con sorna-, comprobar a qué temperatura se congelan mis extremidades. Llevo los dedos que ni los siento. Los de las manos y los de los pies. 
-Joder, es que con el material que llevas... Anda deja que te ponga bien ese crampón, lo llevas suelto de atrás. 
-Sabes -le dije mientras me ayudaba-, en el campamento me dijeron que había subido alguien que se parece mucho a mí, una especie de doble. Es verdad que con la barba de varios días nos parecemos más.

 El relato va acompañado de varias fotos mías, tomadas en 2008 durante uno de mis viajes a Bolivia.

Vista del Illimani desde La Paz, Bolivia 2008 (Fotografía: Pedro Delgado)

Pedro Delgado Fernández en la trasera de una camioneta durante su vagabundeo por Bolivia
Verano de 2008 (Fotografía: Pedro Delgado)

 La revista se puede adquirir en las librerías de Andalucía, Madrid y Barcelona, y también en algunos establecimientos de la cadena Dunkin' Coffe de Málaga, Sevilla, Granada, Barcelona y Madrid.

Nº 3 de la revista TALES, noviembre 2016

 En Málaga pueden hacerse con un ejemplar en las siguientes librerías: Áncora, Proteo y Prometeo, Luces, Mapas & Compañía, QproQuo, Rayuela y La Mínima; así como en los Dunkin' Coffe de la Estación Renfe Mª Zambrano y de Armengual de la Mota.

Nº 3 de TALES, la revista del relato corto
A la venta el 8 de noviembre de 2016

 Para saber más de TALES, o solicitar online cualquier número de la revista (sirven incluso al extranjero), pueden pinchar en el siguiente enlace:
https://talesliterary.com/

 Y para los que tienen facebook:
https://es-es.facebook.com/talesliterary/


martes, 24 de noviembre de 2015

CITA CON LOS LECTORES EN LA LIBRERÍA DESNIVEL DE MADRID


Dibujo fachada Librería Desnivel (Joaquín González Dorao)

Si sigues mi otro blog, sabrás que estoy en plena promoción de mi último libro, Carta desde el Toubkal (Ediciones del Genal, 2015), un conjunto de relatos ambientados en Marruecos que fue finalista del VII Premio Desnivel de Literatura de Montaña, Viajes y Aventura. Si la semana pasada lo presentaba en Vitoria, Olvera y Málaga, ahora le llega el turno a Madrid. La presentación, como no podría ser de otra manera, se realizará en la librería Desnivel, un templo por el que han pasado grandes nombres, como Walter Bonatti o Reinhold Messner, y que constituye un verdadero paraíso para todos los que amamos salir de casa con rumbo incierto y la mochila a la espalda.

 Así que ya sabes, si vives en la capital y quieres profundizar en estos relatos o que nos conozcamos en persona, haz un hueco en tu apretada agenda y acércate por la Librería Desnivel. Seguro que pasamos un buen rato.

Presentación Carta desde el Toubkal
Librería Desnivel
Plaza de Matute, nº 6 (Madrid)
Jueves 26 de noviembre, a las 19:00 horas

 A todos los asistentes se les obsequiará con un marcapáginas de regalo.

Marcapáginas



Agenda

jueves 26 de noviembre

PRESENTACIÓN: Carta desde el Toubkal

por Pedro Delgado
PRESENTACIÓN: Carta desde el Toubkal
Con una prosa sencilla y ágil, el autor nos acerca con sus escritos a un mundo que conoce y ama: el Marruecos misterioso y desconocido. Sus historias emanan de la Montaña, el Alto Atlas bereber, una tierra de gente hospitalaria y fuerte que afronta el destino con la misma impasibilidad con la que encara los rudos e inhóspitos inviernos.
En los cuentos recogidos en Carta desde el Toubkal, los episodios reales se mezclan con los imaginados sin que podamos hallar la línea invisible y caprichosa que los separa. Algunos relatos hablan de los que van allí, de los extranjeros que se adentraron en ese mundo y volvieron cambiados.
Pedro Delgado Fernández (Málaga, 1966) Finalista del VII Premio Desnivel de Literatura de Montaña, Viajes y Aventura. Viajero por vocación, ha recorrido medio mundo en busca de aventuras, de ahí que las geografías en las que escenifica sus historias estén siempre a muchos kilómetros de casa. Es autor de Al sur del Sahara (Ed. Caligrama, 2000), Neguinha la garimpeira -Amazonas: la última frontera- (Barrabes Editorial, 2007), Los ojos del cordero (Editorial Alfama, 2008) y Carta desde el Toubkal (Ediciones del Genal, 2015). Durante mucho tiempo, compaginó su trabajo de profesor de Ed. Física con el de guía de montaña y viajes en Marruecos; por eso el gran peso que tiene este país en su narrativa. Como atleta de fondo llegó a ser internacional, pero tras el éxito de Al sur del Sahara, cuaderno de viaje recomendado por la prestigiosa Lonely Planet, colgó las zapatillas para dedicar más tiempo a escribir.
Si quieres saber más, te esperamos el jueves 26 de Noviembre a las 19H.

lunes, 23 de noviembre de 2015

ALPINISMO BISEXUAL Y OTROS ESCRITOS DE ALTURA

La semana pasada, aprovechando el viaje en AVE a Madrid, la larga espera en Chamartín y el último tirón de tren hasta Vitoria-Gasteiz, me leí Alpinismo bisexual y otros escritos de altura, de Simón Elías Barasoain.


 Yo viajaba para asistir como ponente a las VI Jornadas de Literatura, Cine y Montaña, y quizás buscando imbuirme todavía más de esa pasión montañera, me eché el libro al bolsillo de la chaqueta (tiene el tamaño propio). Lo había comprado unos días antes por impulso, atraído por la portada y la vis cómica de su semblanza biográfica, y al arrancar el tren y empezar a leer la introducción del autor, me di cuenta de que había acertado.
EL ALPINISMO ES ALGO grotesco. En el verano del año 1980, los japoneses Motoso Ohmiya y Koji Okano alcanzaron por primera vez la cumbre del Latok IV, una montaña del Karakórum pakistaní con una altitud de 6.456 metros. Durante el descenso, mientras cavaban un agujero en la nieve donde pasar la noche, cayeron cincuenta metros en una grieta glaciar. Inmovilizados por las múltiples fracturas que les produjo la caída y estancados en la profundidad de la grieta de hielo, esperaron durante cuatro días con la esperanza de que sus compañeros del campamento base llegaran a socorrerles. El cuarto día, al entender que su equipo les había dado por muertos, comenzaron a cavar un túnel en la nieve para intentar alcanzar la superficie. Tras doce horas cavando, Ohmiya consiguió escapar y se arrastró montaña abajo con una pierna rota. Cuando alcanzó el campamento base, milagrosamente encontró a sus compañeros desmontando las tiendas, a punto de partir. Koji Okano fue liberado de su mortaja helada, ocho días después del accidente, al límite de morir de inanición e hipotermia. 
 Definitivamente el alpinismo es algo grotesco: hombres y mujeres con los dedos congelados, cuerpos sin vida colgando al final de una cuerda, esfuerzos homéricos para alcanzar una cumbre en la que no se puede respirar ni mirar el paisaje... La práctica del alpinismo es, sin duda, uno de los mayores actos de estupidez que puede cometer el ser humano. Aquí reside su grandeza. Cuando un hombre o una mujer son capaces de dejarlo todo para ir a escalar una montaña en un remoto confín de Asia, donde probablemente perderán la vida, la historia nos conecta con nuestra más oscura humanidad: la búsqueda de lo desconocido, el reto, la etérea y alucinada percepción de uno mismo a través del esfuerzo y la vida en la naturaleza. Sobre estos temas ha girado la literatura universal desde que un tipo salió de casa para ver qué había al otro lado de la colina y otro se dispuso a contarlo. Quizás por eso, lo más interesante del alpinismo no es la actividad, el simple acto de subir montañas, sino todo lo que gira alrededor de una idea tan descabellada: los viajes, las noches de espera en ciudades que intimidan, la ley de países sin política, montar a caballo, despellejar animales, las pulgas, el nomadismo, las diarreas... Intentar convertir la épica en un acto estúpido y la estupidez en un acto épico ha sido desde siempre el objetivo de mi escritura. 
 [...] los alpinistas somos una panda de felices capullos camino de la extinción.
El logroñés Simón Elías deja traslucir un fino humor en sus escritos, pero también la pasta de la que está hecho. Estamos ante un alpinista que transita el "escenario severo de las montañas", pero que huye de los oropeles de la cima y la pose de tantos.

 He leído sus piezas breves despacio, como si estuviese catando un vino, deleitándome con personajes como Chango Chuck, un tipo con aspecto de Papá Noel empeñado en escalar los mil metros lisos de El Capitán haciendo autoestop;
Chango sobre todo era un excéntrico. No se limitaba a escalar. Lo importante era el viaje por el océano vertical que él entendía como una larga y profunda conversación consigo mismo. Lo importante era estar lejos del suelo y de la policía y de los autobuses de turistas y de las tarjetas de crédito, por si acaso todo se calentaba de repente y estallaba. Chango tenía una visión apocalíptica del mundo y una casa improvisada bajo El Capitán donde siempre trataba bien a las visitas.

El Capitán, Yosemite

Chad McMullen, su compañero de instituto con quien viaja en pos del escenario de una fotografía en la que se ve a Jeff Lowe escalando en Moab asegurado por Catherine Destivelle;
[...] Al fondo de la imagen se perdía la inmensidad del desierto. "¿Dónde está esto?" le pregunté a Chad. Me miró con desprecio, dando a entender que yo era un paleto integral. "Esto es Utah, idiota, el desierto, las torres rojas, Supercrack, los mormones y el único lugar donde la cerveza coloca menos que la Cocacola". Como siempre Chad hablaba con ese aire de superioridad que le daba ser un senior popular en Palmer High School y dedicar su ocio a explorar las montañas de Colorado.
o Justus, el guía del Rwenzori que Simón nos presenta con trazos ajustados, los mismos con los que nos describe el paisaje, las ciudades y sus propias aventuras, algunas en regiones remotas del Tíbet, Pakistán, Nepal, Argentina o Uganda, en las que siempre es una suerte terminar el día enteros y lejos de una comisaría. Leo las páginas con un Staedtler del nº 2 (sí, como mi Alain Lampard en Los ojos del cordero) y subrayo aquí y allá frases que me habría gustado que fuesen mías.
Se giró hacia mí con esa expresión con la que Jesucristo debía mirar a sus discípulos.
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Los perros olisqueaban entre el barro, las basuras y los cristales rotos. De vez en cuando levantaban la cabeza para lanzar un ladrido de advertencia al extranjero.
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Justus tiene cuarenta años y dos hijos, es guía del Rwenzori desde hace veinte años. Es un tipo serio, ancho y bajo, compacto y musculado. A la tarde, el cámara nos junta para una entrevista. Las sillas están tocándose para que los dos podamos entrar en el plano, con lo que mis rodillas se encajan en las de mi compañero. Justus se sienta a mi lado y, poniéndole una mano en la pierna, le explico las exigencias del guión. Acabo diciéndole con un guiño que no se preocupe, que pese a estar tan juntos no le voy a besar, todavía. El negro estalla en una carcajada, me coge una mano entre las suyas y mirándome con toda la profundidad de África en sus ojos me dice: "Mister, nunca te voy a olvidar". Esta es la mejor cumbre del viaje.
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Los camareros ataviados con camisa y pajarita traen una ronda más. Yo bebo anís turco -raki- mezclado con agua, Alí bebe whisky y las chicas vodka con cola. Nuriana levanta la copa para brindar y con la otra mano aprovecha para tocarme el paquete. Nos miramos a los ojos, girando la cabeza en un viaje de ida y vuelta, y damos un trago largo. No hace cuatro horas que estoy en esta ciudad y presiento que me estoy metiendo en un buen lío.
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Cuando miro a mi madre salir a buscar leña entre la nieve pienso en los primeros viajes a la Patagonia donde vivíamos en el bosque, en medio de un limbo reconfortante. Íbamos buscando una cosa pero encontrábamos otra. Veníamos buscando montañas como el Cerro Torre pero encontrábamos las tardes junto a la hoguera tomando mate, el tiempo interminable para leer o para hacer equilibrios sobre una cuerda floja tendida entre dos árboles. Encontramos que tan importante era escalar montañas como vivir en medio de una naturaleza agreste que te protegiese de las normas del exterior. Allí entendimos que la libertad era peligrosa. Un fallo no suponía la regañina de un jefe o una multa del Ministerio de Hacienda. Un fallo en la libertad de la naturaleza supone la muerte o el accidente.
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En la montaña la felicidad es muy básica: si el día es duro y peligroso consiste en seguir sintiéndote vivo. Si es tranquilo y seguro, es suficiente con un plato de arroz con pollo y un saco de dormir.
 Simón Elías aprovecha también estas páginas para meter algunas pullas, muy acertadas por cierto. Nunca he tenido teléfono móvil ni GPS, y mi pulsómetro es el más básico de todos, así que suscribo sus palabras sobre las nuevas tecnologías:
Los días previos hay que descargarse los itinerarios en el GPS. Estas máquinas inteligentes están ayudando a acabar con la poca materia gris que todavía tenían algunos seres humanos excepcionales. [...] Salir a la montaña es un ejercicio tecnológico que no solo no potencia las habilidades del ser humano sino que las esconde bajo un escudo de máquinas de compleja utilización y elevado precio. [...] pese a las grandes inversiones en investigación y desarrollo, los inventos solo funcionan respaldados por las habilidades con las que el hombre ha recorrido las montañas desde el inicio de la exploración alpina: prudencia, conocimiento, técnica y forma física.
 También comprendo sus palabras (no sé por qué muchos no entendieron las de Trueba) cuando escribe:
Quizás una de las mejores cosas de ser español es que nunca nos podremos sentir orgullosos por ello. 
El mejor lugar para entender el nacionalismo es el exilio. [...] A las seis de la tarde los guías de Chamonix esperan a la entrada del histórico edificio de su compañía la apertura del tour de rôle: la designación por orden de titularidad del trabajo del día siguiente. Algunos guías españoles, colombianos, italianos y argentinos deambulamos por los pasillos del imponente edificio, entre las fotos intimidantes de señores de grandes bigotes ataviados con pantalones bávaros, esperando a que los locales se repartan el trabajo y el jefe-guía nos ofrezca unos turistas a los que pasear por los glaciares. El procedimiento está sujeto a un pomposo protocolo marcado por los rangos como en un campamento de boy scoust. Por ahora somos los que limpian las letrinas. Mientras camino por los pasillos del insigne edificio me viene a la mente una imagen familiar: las cuadrillas en el puente sobre el Ebro, durante la época de vendimia, esperando a que una furgoneta pare y el conductor señale a tres o cuatro afortunados que podrán cortar uva ese día. La inmigración es un duro ejercicio. Salimos de casa pensando en abrir una cuenta en Suiza y acabamos vaciando ceniceros, porque, de tan feos, no podemos ser bailarinas.
 Y sus críticas a la legislación en la montaña y a las competiciones que en ella se desarrollan:
Durante años hemos ido a la montaña para buscar espacios de libertad. La escalada, el puro ejercicio físico de ascender, era algo anecdótico; lo importante era compartir un vivac con los amigos, comer una pasta que sabía al té del desayuno y compartir un cigarrillo bajo las estrellas, lejos de toda legislación. En la montaña, en la naturaleza salvaje nos alejábamos de las constricciones sociales y crecíamos como personas, como amigos y como comunidad; luego intentábamos implementar esos valores en la vida urbana para hacer de ese mundo violento un lugar un poco más apacible. Finalmente hemos hecho lo contrario. Hemos traído a la naturaleza la competición, la selección biogenética y los cronómetros. También el respeto a las leyes y la implantación del intercambio comercial como centro de una actividad enla que la felicidad se medía por la cantidad de tierra acumulada en las orejas. Hemos creado un conjunto de reglas inviolables que rigen la vida campestre y que asfixian todo elemento lúdico. Vinimos a buscar espacios de libertad y construimos monstruos normativos. Íbamos a hacer un viaje de escalada y acabamos haciendo turismo de montaña.
 Y denuncio, como él, la poca valoración que se le da al trabajo de los escritores, de los artistas en general, como si pensasen que vivimos del aire.
Quizás hubo un momento en que esto fue un país pero ahora se ha convertido en un teatro. También en una calle oscura de arrabal donde salir desvalijado. En menos de un mes el que suscribe ha recibido más de media docena de proposiciones para trabajar sin cobrar. Las ofertas para trabajar a bajo precio han superado la docena. [...] Hace unas semanas la directora de un conocido medio de comunicación digital se puso en contacto conmigo para pagarme un trabajo entregado dos meses atrás. Al señalarle su falta de sensibilidad por no responder los correos electrónicos y pedir el pago de mi trabajo que consistía en un reportaje de cuatro mil palabras y más de una docena de fotografías, ella me respondió: "¿Qué te parecen setenta euros?" A lo que el que suscribe replicó: "Me parece excesivo".
 Bueno, creo que Simón no me perdonaría terminar esta entrada sin un puntito de alegría, así que os anoto el chiste que nos cuenta el propio Simón en el relato Gorilas de montaña. Fue leerlo y no poder parar de reír:
Alguien cuenta un chiste sobre un tipo que fue a ver a los gorilas de montaña. Al parecer un macho de doscientos cincuenta kilos le sodomizó entre las lianas. Su amigo le pregunta: "¿Estarás jodido no?" A lo que el damnificado responde: "Estoy destrozado... No me llama, no me escribe...".

Simón Elías Barasoain (Foto: Desnivelpress.com)

Nota: Los textos de Alpinismo bisexual y otros escritos de altura, pertenecen al volúmen de relatos de Simón Elías Barasoain, publicado por Pepitas de calabaza ed. en noviembre de 2013. Mi ejemplar es una tercera edición, de mayo de 2014, con prólogo de Sebastián Álvaro, semblanza de Emilio Blaxqi y un epílogo de Manuel Jabois.

www.pepitas.net