Portada del libro de Raquel Landín sobre su aventura africana |
Como apunta Arturo Casado en el prólogo, Iten, en Kenia, es el epicentro del fondo mundial, el lugar donde más corredores profesionales de media y larga distancia hay por metro cuadrado en todo el mundo. Nuestro campeón viajó hasta allí después de ganar el Europeo de 1.500 metros. Buscaba desentrañar el enigma, dilucidar el secreto, pero de su experiencia sólo saben sus familiares y amigos. Como él, son muchos los atletas que viajan hasta allí para realizar alguna concentración o para embeberse de la cultura atlética africana. Entre ellos algunos españoles, como Raquel Landín que realizó hace dos años el mismo viaje que Arturo Casado. Afortunadamente, la gallega sí plasmó sus vivencias en un libro: ALCANZANDO METAS. "Iten, valores que forjan campeones", recientemente publicado por la Editorial Deportiva Alto Rendimiento.
"Tenía tantas ganas de que llegase este momento, lo había imaginado de tantas formas, había leído tanto al respecto, ¿serían tantos como dicen?, ¿habría muchas chicas?, ¿cómo irían vestidos?, ¿habría muchos descalzos?, ¿qué tipo de entrenamiento harían?, ¿a qué ritmo irían?, ¿les importaría que me enganchara a sus grupos para correr?, ¿conseguiría aguantarles aunque fuera solo un rato?, ¿cómo serían los caminos por dónde correrían?..."
Atleta, entrenadora y licenciada en Educación Física, Raquel Landín se plantó un buen día con su mochila en el Valle del Rif "para disfrutar del atletismo en su más pura esencia" y "ver en acción a los mejores atletas del mundo en su hábitad natural". Durante un mes, con actitud curiosa y los oídos bien abiertos, convivió con el generoso pueblo keniano. Corrió por los mismos senderos de tierra y arcilla roja que ellos; se alimentó de ugali, managu, chapati, leche, frutas y verduras frescas; hizo amistades; observó sus métodos de trabajo y compartió entrenamientos lastrada por esos 2.400 metros de altura. Luego, a la vuelta, se sentó a contarnos su experiencia. El resultado no es alta literatura (al libro le habría venido bien la revisión de un corrector de estilo), pero sí una crónica amena y sincera de su día a día en Kenia, aderezada con algunos momentos de reflexión que beben del mundo del Coaching, actividad a la que también se dedica la autora.
Raquel llegó desde Nairobi a Eldoret (la ciudad más próxima a Iten) en uno de esos matatus* que no parten hasta que están llenos; y apretada en otro matatu pasó bajo el arco de bienvenida que cruza la carretera principal a la entrada de Iten: Welcome to Iten, home of champions. Allí se alojó en las instalaciones del centro de alto rendimiento de Lornah, donde se hospedan muchos corredores extranjeros.
*Matatu: transporte público y popular en Kenia, normalmente furgonetas de nueve plazas, sin horario fijo de salida y llegada.
Cerca de la frontera con Tanzania, y tan grande como Galicia, la región de Eldoret es la cuna de la tribu de los kalenji, la etnia de la que han salido los mejores corredores de Kenia. Por supuesto que también hay grandes corredores que pertenecen a otras tribus, como David Rudisah o los hermanos Konchellah (Billy y Patrick) que son masais o mi admirado John Ngugi que es kikuyu, pero la mayoría, como recoge Raquel, son Kalenji. De ahí que hayan dado nombre a una marca deportiva.
"A pesar de solo representar el 0,001% de la población mundial, los Kalenji han ganado más del 70% de las medallas en carreras de larga distancia. En Kenia constituyen un diez por ciento de su población total, apenas 4 millones y medio de personas, eso es lo que llamo yo ser eficientes".
Y hablando de marcas deportivas, hasta Iten llegan managers que ejercen de caza talentos para Nike, Adidas, Puma o Fila, y que cierran contratos de patrocinio y carreras por Europa o Estados Unidos. Así es como salen de Kenia muchos atletas en un viaje de ida y vuelta, pues cuando se retiran regresan a su país para invertir lo ganado en una granja con vacas y unas hectáreas que cultivar. Algunos incluso invierten antes de colgar las zapatillas, como el maratoniano Wilson Kipsang que ganó el año pasado en Berlín, Londres y Nueva York. Wilson Kipsang, el hombre que más veces ha corrido la maratón por debajo de 2h05', cinco en concreto, es el dueño del hotel donde Raquel fue a ver la retransmisión de la final femenina de maratón del Mundial de aquel verano (Moscú 2013).
La keniata Edna Kiplagat, que defendía título, ganó aquel mundial, y Wilson Kipsang batió el récord del mundo en Berlín con una marca de 2h03'23, aunque al año siguiente su compatriota Dennis Kimetto lo dejó en 2h02'57.
Raquel conoció en persona a Edna Kiplagat, pues tuvo la suerte de ser invitada a la fiesta de celebración que ésta dio en su casa al volver de Moscú. Durante su estancia en Kenia, Raquel también conversó con el atleta sudanés Guor Maker, nacionalizado estadounidense, cuya historia está llevando al papel el amigo Jesús Francisco Aguilera, y con Toby Tanser, un atleta islandés que creó la fundación Shoes4Africa para realizar proyectos humanitarios en el país, entre ellos la creación de un hospital infantil, y que se ha convertido en todo un personaje.
Todos los corredores míticos de Kenia se iniciaron en el camino a las escuelas, corriendo descalzos esos cinco, diez o quince kilómetros que separaban sus casas de los pupitres. Y por supuesto que no lo hacían por gusto, sino por falta de transporte público, o de dinero para subir a él, o porque estos fuesen llenos y pasasen de largo como me sucedía a mí cuando estudiaba 2º de BUP en Martiricos y tenía que coger el 15. Después de una semana de llegar tarde a clases, por culpa del autobús que siempre iba abarrotado y no paraba, decidí ir a clases andando. 30 minutos de ida y otros 30 de vuelta a paso rápido. Quizás si hubiese ido a la carrera... Bromas aparte, el éxito de los atletas keniatas no es fruto de ese único hecho, sino de una suma de factores:
-El talento: tienen una tipología y unas capacidades innatas, a las que hay que sumar esas grandes distancias que desde pequeños tienen que recorrer a pie para ir a la escuela.
-La motivación: el éxito deportivo visto como una forma de promoción profesional y social frente a la pobreza y a las duras condiciones de vida.
-El ambiente: entrenamiento a altitudes superiores a los 2.000 metros; circuitos naturales; alimentación sana y un gran apoyo y protección por parte del Gobierno.
-El entrenamiento: total dedicación al entrenamiento, que realizan en grupo con hasta 3 sesiones al día, prestando especial atención a los periodos de descanso (entre sesiones y al final de la temporada).
"El dueño del hotel en este caso es el maratoniano Wilson Kipsang, 2h03'42, bronce en los JJOO de Londres 2012 además de ser el ganador de la maratón de Londres, Frankfurt o Lake Biwa. Puedes verle pasar mientras te tomas algo, él ha preferido no ir a Moscú, está preparándose para Berlín, quiere intentar batir el récord del mundo, que está en 2h03'38. Ganar en Berlín, independientemente de que haga récord, le aportará más dinero que acudir a Moscú y traerse el metal pesado brillante colgado al cuello. La Federación keniata, después de los éxitos en campeonatos internacionales, se queda con un porcentaje muy elevado del premio, por eso ha decidido centrarse en Berlín".
La keniata Edna Kiplagat, que defendía título, ganó aquel mundial, y Wilson Kipsang batió el récord del mundo en Berlín con una marca de 2h03'23, aunque al año siguiente su compatriota Dennis Kimetto lo dejó en 2h02'57.
Edna Kiplagat en Moscú 2013 y Wilson Kipsang en Berlín 2013
Raquel conoció en persona a Edna Kiplagat, pues tuvo la suerte de ser invitada a la fiesta de celebración que ésta dio en su casa al volver de Moscú. Durante su estancia en Kenia, Raquel también conversó con el atleta sudanés Guor Maker, nacionalizado estadounidense, cuya historia está llevando al papel el amigo Jesús Francisco Aguilera, y con Toby Tanser, un atleta islandés que creó la fundación Shoes4Africa para realizar proyectos humanitarios en el país, entre ellos la creación de un hospital infantil, y que se ha convertido en todo un personaje.
Toby Tanser |
Todos los corredores míticos de Kenia se iniciaron en el camino a las escuelas, corriendo descalzos esos cinco, diez o quince kilómetros que separaban sus casas de los pupitres. Y por supuesto que no lo hacían por gusto, sino por falta de transporte público, o de dinero para subir a él, o porque estos fuesen llenos y pasasen de largo como me sucedía a mí cuando estudiaba 2º de BUP en Martiricos y tenía que coger el 15. Después de una semana de llegar tarde a clases, por culpa del autobús que siempre iba abarrotado y no paraba, decidí ir a clases andando. 30 minutos de ida y otros 30 de vuelta a paso rápido. Quizás si hubiese ido a la carrera... Bromas aparte, el éxito de los atletas keniatas no es fruto de ese único hecho, sino de una suma de factores:
-El talento: tienen una tipología y unas capacidades innatas, a las que hay que sumar esas grandes distancias que desde pequeños tienen que recorrer a pie para ir a la escuela.
-La motivación: el éxito deportivo visto como una forma de promoción profesional y social frente a la pobreza y a las duras condiciones de vida.
-El ambiente: entrenamiento a altitudes superiores a los 2.000 metros; circuitos naturales; alimentación sana y un gran apoyo y protección por parte del Gobierno.
-El entrenamiento: total dedicación al entrenamiento, que realizan en grupo con hasta 3 sesiones al día, prestando especial atención a los periodos de descanso (entre sesiones y al final de la temporada).
"Cada mañana en Iten, más de 1000 corredores copan sus calles a las 6 de la mañana cuando aún es de noche; su preocupación no es que haya luz o se puedan torcer un tobillo por esos caminos por los que solo les guía el recuerdo de cuando pasan por ellos en sus segundos entrenamientos donde la luz ya forma parte de sus zancadas. Su preocupación estriba en no perder ni una sola mañana de entrenamiento, saben que si no salen, muchos otros sí lo hacen y serán ellos quienes luego se alcen con sus sueños de convertir su nombre en otro nombre más keniano que recorra el mundo a zancadas de triunfos".
Vídeo promocional de Alcanzando metas (Editorial Deportiva Alto Rendimiento),
cuyas ventas irán destinadas a causas benéficas
altorendimiento.com |
Realmente dan ganas de leer el libro y descubrir esa mitica filosofia de vida dedicada al deporte.
ResponderEliminarTe va a gustar, Salvador.
EliminarSaludos.
Muchas gracias Pedro por e Post, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSalvador G. te gustará seguro, si te lo dice un gran entendido como Pedro D. jeje es que es cierto.
Lo puedes encontrar en la web de la editorial (www.altorendimiento.com) o en www.amazon.es.
Gracias
Muchísimas de nada, Raquel. Me alegra que te guste, y espero que el post sirva para darle algo más de visibilidad a tu libro. Como te dije en el correo, sigue escribiendo. Y lee mucho. Leer es para el escritor como la carrera continua para el atleta, la base sobre la que trabajar.
EliminarUn saludo desde Málaga.