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sábado, 5 de abril de 2014

¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO CON LA PIRÁMIDE ATLÉTICA?

Frente a los 312 participantes de la primera edición (2 de junio de 1991), son 6.000 los que tomaran la salida mañana domingo en la vigésima cuarta edición de la Media Maratón Ciudad de Málaga, seis mil que bien podrían haber sido diez mil pues los dorsales se agotaron en tiempo récord.

 Todas las teorías apuntan a que hace falta una gran base de practicantes en la pirámide atlética para que algunos corredores alcancen la cúspide de ésta; pero lo paradójico es que pese a que año tras año sube el número de inscritos, el nivel de estos cada vez es más bajo. Y no me refiero sólo al grueso de corredores (comentaba Rafael Morales hace unos días en el diario Sur que se observan peores marcas si se compara la marca de los cien primeros clasificados de hace unos años con los cien primeros de ahora) sino también a los de la cabeza y la cola. Por detrás muchos corren sin la preparación apropiada, poniendo en riesgo su salud, mientras que por delante el nivel ha bajado terriblemente. Sirva de muestra, a bote pronto, esta hoja de clasificación de 1997 que me ha hecho llegar desde Granada el amigo Juan Sánchez. Es de la VII Media Maratón Ciudad de Jerez (prueba homologada por la federación), y en ella se observa como los 23 primeros clasificados bajamos de 1h 10' (yo aparezco el 7 con 1h 6' 48").


Hoja de Clasificación de la VII Media Marathon Ciudad de Jerez de 1997
(Los subrayados no son míos)
En los puestos 6º y 7º se puede ver a los malagueños Agustín Molina y Pedro Delgado con 01:06:35 y 01:06:48

 
 Por supuesto que este bajón de nivel al que me refiero no es algo exclusivo de la Media de Málaga, sino que se está dando desde hace tiempo y por igual en todas las pruebas, habiéndose hecho también extensible a las competiciones de pista donde los registros son cada vez más pobres.

 Quizás sea una apreciación incierta, pero tengo la sensación de que la participación masiva de corredores, junto a la proliferación de carreras y la crisis que nos sacude (han bajado una barbaridad los premios en metálico y el presupuesto para traer atletas) ha provocado que el efecto participativo se haya impuesto sobre el competitivo en el atletismo. Es como si el público se hubiese calzado las zapatillas para unirse a la fiesta y estuviesen más interesados en correr y en divertirse que en los propios atletas. ¿Son buenas estas multitudes para el atletismo? Pues, como todo en la vida, tiene sus pros y sus contras, pero no es mi intención analizar ese tema aquí, sino dejar constancia de que aunque se aumente la base de la pirámide atlética la punta no termina de coger altura.

 Y aunque no venga a cuento con lo de la pirámide, no quisiera dejar pasar esta entrada sin traer a colación la figura de mi amigo Juan Sarria Cuevas que, desligado ya este año de la organización de la Media Maratón Ciudad de Málaga, se puede sentir bien satisfecho de su participación en la misma tanto de organizador como de atleta. Va por ti, Juan, y por todos los que siguen al pie de la tarea para que tengamos una de las mejores medias de España.


Juan Sarria Cuevas, protagonista del cartel de la VI Media Maratón Centro Cultural Deportivo y Recreativo Renfe. Dicha edición fue la última, dando paso en 1991 a la I Media Maratón Ciudad de Málaga, cuya alma máter siguió siendo Manolo Sarria, humorista del popular Dúo Sacapuntas, que organiza la prueba con los amigos de Málaga Sport.