martes, 8 de julio de 2025

LA SAUNA FINLANDESA DE PIRO MILKANI


Increíble, pero cierto de Piro Milkani (La Tortuga Búlgara Ediciones)
Fotografía: Enrique Sánchez

La sauna finlandesa
Checoslovaquia, Estado independiente desde 1918, logró históricamente una espléndida reputación mundial en el terreno deportivo. El atletismo, el hockey, el fútbol y los deportes de invierno la situaron, a nivel internacional, en el grupo de los países punteros, y ello a pesar de no haber superado nunca los quince millones de habitantes. Para los jóvenes checoslovacos de posguerra, la pareja formada por Emil Zátopek y Dana Zátopková se convirtieron en símbolo de inspiración. Zátopek con cuatro plusmarcas olímpicas y Zátopková récord mundial de lanzamiento de jabalina. Nacieron casualmente el mismo día, un 23 de noviembre de 1922. Era una pareja de atletas que, en términos de popularidad, superaban a cualquiera de las figuras políticas, académicas o artísticas de su tiempo. Zátopek, el símbolo de la juventud checoslovaca, fue aún más querido cuando en 1968 denunció públicamente la invasión rusa y, como resultado, fue privado de cualquier función y actividad deportiva y terminó de modesto trabajador en una empresa de pozos de agua, y ello hasta 1990, cuando estalló la Revolución de Terciopelo. Tras el disidente Václav Havel, era el segundo en popularidad, posición que conservó hasta el día de su muerte en el año 2000.
Emil Zátopek y Dana Zátopková hacia 1955
Fotografía: e-Sbírky, Národní Muzeum 
 ¿Y por qué sucedía algo así? Porque tanto en la Primera República de 1918 a 1938, como en la Segunda, de 1945 a 1990, el movimiento deportivo era absolutamente masivo. Su punto culminante fueron los Juegos gimnásticos Sokol (halcón) de la Primera República y la Espartaquiada Nacional de la Segunda, en la que participaron más de medio millón de deportistas.
 Cabía ser estudiante de arte, medicina o ciencias exactas, pero los programas deportivos, en los ciclos medio o superior, eran completos e iguales. El voleibol, la natación, el esquí en las montañas nevadas eran programas de cada facultad.
 Tras haber participado en las disciplinas deportivas que se podían practicar en las instalaciones de la ciudad, en el verano de 1958 y en el marco del programa deportivo, a los alumnos de la Academia de las Artes, juntos con los de la facultad de Agricultura, nos iban a desplazar a Trebon, ciudad medieval del sur de Chequia, en la que también estaban las mejores instalaciones deportivas para preparar las competiciones internacionales.
 Practicaríamos allí las disciplinas deportivas que no era posible ejercitar en Praga. Bádminton, béisbol, tenis, remo y natación en lagos eran parte del programa de quince días. Condiciones ideales. Villas en el interior del bosque y, un poco más allá, un lago.
 El profesor de educación física, un hombre de mediana edad, macizo y encantador, en las horas de descanso nos enseñó muchas cosas, si bien no nos hablara de deporte.
 A mitad del periodo de entrenamiento deportivo nos indicó que fuéramos bien de mañana al bosque a recoger troncos. ¿El motivo?
 –Esta tarde probaremos una verdadera sauna finlandesa.
 Al borde del lago había una barraca de madera. En su interior, en medio del habitáculo, grandes bloques de piedra. Colocamos allí los troncos y les prendimos fuego uno tras otro. Por la tarde, las piedras estaban recalentadas. Cuando comenzó a oscurecer, el profesor nos invitó a la barraca. Solo los chicos. El primero en desnudarse fue el profesor. Y tras él, todos nosotros. Nos indicó que podíamos sentarnos en los escalones de madera. ¡Pero cuidado! Cuanto más arriba nos sentáramos, más tórrido nos llegaría el vapor. Vació sobre la piedra el primero de los bidones de agua y en un instante se evaporó. Después el segundo y el tercero. Entre las nubes de vapor apenas nos distinguíamos unos a otros. Y a través del vapor oíamos al profesor decirnos que la sauna era el deporte más popular de Finlandia, pero no solo, también de Suecia y Noruega. Y que era su deporte favorito sobre todo en invierno. Y que una vez los cuerpos se caldeaban al máximo y sudaban por cada uno de los poros, salían de la barraca y se tendían en la nieve.
 Media hora después estábamos bañados en sudor. En determinado momento, el profesor nos ordenó que saliéramos de allí y que, a través del puente que unía la barraca con el lago, corriéramos a zambullirnos en el agua. Claro que, estrictamente, dicho puente no existía. Sobre unos postes hincados en el blando terreno, había dos listones de madera rodeados de juncos, a ambos lados, de más de tres metros de altura. Corrimos en fila y después, plaf, plaf, nos tiramos al lago. Alegría sin igual.
 Y ocurrió el milagro. Al regresar a las villas, no sentíamos el menor peso corporal. Nos sentíamos tan ligeros como si camináramos por la luna. Después de una ducha caliente y de vestirme con un chándal azul, dispuesto a encaminarme al comedor, oigo a Vašek decirme que me busca Šofr. Salí de mi villa y fui a la de al lado. Lo llamé, pero no había nadie. Lo llamé por segunda vez, nada. Pero poco después oí algo así como un susurro:
 –¡Pirooo! ¡Pirooo!
 El susurro venía de otro lado. De los altos juncos a orillas del lago. Me fui acercando y encontré a Šofr escondido detrás.
 –¿Qué haces aquí?
 –Han ido las chicas a la sauna. Dentro de un momento saldrán. Cúbrete las manos con las mangas del chándal y sígueme bajo el puente.
 –¿Estás en tus cabales? ¡Qué vergüenza!
 –¿Por qué vergüenza? Somos cineastas. Quizás un día debamos rodar una escena parecida en alguna película. ¿Para qué rompernos la cabeza en cómo hacerla cuando podemos observar en vivo cómo se desarrolla?
 Me convenció. Al final yo acabaría siendo cineasta. Nos arrastramos bajo los listones, que estaban separados de cinco a diez centímetros entre sí, y nos tumbamos boca arriba. Desde la barraca nos llegaban los cuchicheos de las muchachas. Sin tardar mucho, la puerta se abrió. Y como nosotros, media hora antes, corrían en fila las futuras cineastas y agrónomas. Y pudimos verlas pasar a través de la abertura. Algo oscuro se distinguía borrosamente entre sus piernas. Después nos levantamos para observar las siluetas de sus cabezas en el lago y para escuchar los gritos de alegría que les proporcionaba el agua.
 En tercer curso de la especialidad de cámara éramos seis estudiantes. Cinco checos y yo. Jaromír Šofr era, sin la menor duda, el más polémico y destacado de los seis. En cualquier práctica, su forma de iluminar y componer el encuadre era siempre diferente a la nuestra, la tradicional.
 Tras finalizar los estudios, lo poco que podía saber de mis compañeros me llegaba a través de la revista Film a doba, que recibía regularmente la biblioteca de los Estudios Cinematográficos. Y hete aquí que, inesperadamente, en 1967, la película Trenes rigurosamente vigilados (Ostre sledované vlaky), con guion de Bohumil Hrabal, dirección de Jiri Menzel y fotografía de Jaromír Šofr, ganó en Hollywood el oscar a la mejor película extranjera. Menzel tenía veintiocho años y Šofr veintisiete.
Cartel película Trenes rigurosamente vigilados
 En los años noventa y después, cada vez que tenía la oportunidad de regresar a la ciudad donde había estudiado, veía una y otra vez las películas de Menzel y Šofr, quienes, desde 1967, no interrumpieron nunca su colaboración, comenzada en la facultad. Mas en ninguna de sus películas vi nunca un episodio relacionado con la sauna finlandesa y la acechanza bajo el puente de las muchachas desnudas. Escenas eróticas todas las que quieras, pero sin incluir la sauna.
 Cuando hice de actor en la película Lamerica, de Gianni Amelio, concluida la jornada, casi siempre cenaba con el productor ejecutivo Enzo Porcelli. Sea por nuestra edad similar, o por el placer que sentíamos al referirnos nuestras respectivas «aventuras» estudiantiles, las mías de Praga, las suyas de Roma, el caso es que nos sentimos muy próximos. Fue él quien me animó a plasmarlas en papel con vistas a un futuro guion cinematográfico. Puesto que me llevaría demasiado tiempo narrar cómo llegué al guion y al rodaje de la película La tristeza de la señora Schneider (Smutek paní Šnajderové/Trishtimi i zonjës Shanjder), paso sin más dilación al momento de la conversación con la señora Jany Tomsové sobre la coproducción de la misma. Le gustó el guion ya en la primera lectura, de modo que me recomendó la colaboración con un guionista checo para que quizá ganara con ello la película. Sin la menor vacilación acepté. Unos días después se presentó en la oficina de Tomsové un joven, mi coguionista. Se llamaba Radek Šofr. Radek era el hijo de mi compañero Jaromír. ¡Oh, ancho mundo, qué pequeño eres a veces...! Le entregué el guion y le advertí:
 –Ten cuidado con el episodio de la sauna finlandesa, porque quien alienta a Lekë Seriani a acechar a las muchachas desnudas, no es otro que tu propio padre Jaromír.
 Y así fue. Tras cuarenta y siete años, recreé lo que nos sucedió a Šofr y a mí en Trebon. Šofr había tenido razón. No tenía por qué fantasear, bastaba con hacer lo que ya había hecho cuando aún no había cumplido los veintiún años.
 El estreno de la película en Praga fue en el cine Lucerna con seiscientos espectadores, entre ellos, cómo no, el mismísimo Jaromír Šofr. Vino a ver el trabajo de su hijo y de su compañero de clase.
 Ignoro si le gustó la película, pero al abrazarme me dijo:
 –¡Te felicito, compañero! Resultaste ser el más capaz de los seis de la especialidad de cámara.
 –¡Mira quién habla! ¡El compañero que ha ganado un oscar! ¡Qué ironía!
 –¡Oscar, sí, pero como camarógrafo, mientras que tú has llegado a director!
 –Es decir, el único traidor al oficio inicial.
 –No eres el único. Lo han hecho muchos otros.
 Pero si la acechanza valió la pena en Trebon, también le ha aportado poesía a la película.
Cartel película La tristeza de la señora Schneider 

 Este texto pertenece a Increíble, pero cierto, del cineasta albanés Piro Milkani, libro en el que, con aparente sencillez, recoge recuerdos, anécdotas y apuntes de toda una vida.

Escribí este libro de memorias con el anhelo de legar determinados recuerdos que podrían haber sido llevados al cine, pero, sobremanera, para mostrar que la vida de cualquier ser humano es mucho más hermosa cuando está plagada de sueños, retos, deseos, coraje y amor.
Piro Milkani

 Pueden leer mi reseña de Increíble, pero cierto clicando sobre el siguiente enlace:

https://cartadesdeeltoubkal.blogspot.com/2025/07/increible-pero-cierto.html

 Y a todos los alumnos del I.E.S. Isaac Albéniz de Málaga –sobre todo a los que estudian la asignatura de Cine–, decirles que esperamos tener este libro en la biblioteca del instituto el próximo curso.

Taller de cine del I.E.S. Isaac Albéniz de Málaga
Fotografía: Enrique Sánchez

jueves, 12 de junio de 2025

LOS 10 BENEFICIOS QUE PROPORCIONA LA PRÁCTICA DEL AJEDREZ

Menudas piezas, una película de Nacho G. Velilla

No cabe duda de que el ajedrez es una herramienta educativa valiosísima. Para ello, basta con ver los 10 beneficios que proporciona la práctica del ajedrez en los niños según el maestro de primaria Enrique Sánchez «Donen», que ha inspirado Menudas piezas, la comedia de G. Velilla, protagonizada por Alexandra Jiménez.

1. Aumenta el rendimiento escolar.

Aprender a jugarlo a edades tempranas potencia áreas cognitivas que serán claves en el futuro desarrollo intelectual de los niños.

2. Estimula la capacidad de análisis y síntesis.

Obliga a centrarse en una única tarea, a analizar varias posibilidades y a desarrollar un pensamiento crítico (y autocrítico): obliga a buscar la mejor opción en cada ocasión.

3. Entrena la memoria.

Es un gran estimulador de la memoria visual, espacial y asociativa al recordar movimientos o estrategias utilizadas con anterioridad.

4. Incentiva la creatividad.

En una partida de ajedrez, ambos hemisferios del cerebro trabajan por igual. El izquierdo (análisis intelectual, razonamiento lógico, abstracción...) se activa tanto como el derecho, sede de la creatividad, capacidad necesaria para evaluar movimientos propios y del rival.

5. Ayuda a entender las consecuencias de los actos.

El ajedrez ayuda a aceptar las reglas y a asumir las consecuencias de tus propios actos, ya que es un juego en el que no interviene el azar. Aquí no hay postes ni árbitros a quienes culpar de tus propios errores.

6. Ayuda a expresarse de forma razonada.

Detrás de cada jugada hay una intención, y el jugador sabe por qué elige esa y no otra. Ayuda, por tanto, a conocer, y a explicar, las causas de sus propios actos y decisiones.

7. Una herramienta de socialización.

Es, ante todo, un juego. Por lo tanto, entretiene y permite socializar con personas de cualquier origen y condición (es gratis, no hace falta hablar y se puede jugar a distancia).

8. Desarrolla la autoestima.

El jugador se siente mejor con la práctica, valora sus progresos y siempre debe decidir por sí mismo ante el rival, lo que ayuda a desarrollar la autoestima, la tenacidad, la resiliencia y la capacidad de sacrificio.

9. Reduce la impulsividad.

Todas las jugadas van precedidas de un periodo de reflexión. Los jugadores se acostumbran a pensar antes de decidir cada movimiento.

10. Es terapéutico.

Los niños y adolescentes que practican regularmente ajedrez mejoran en los síntomas del TDAH: hiperactividad, impulsividad y dificultades de atención.

 En el instituto, dentro del programa Recreos Activos, hemos realizado este curso un torneo de ajedrez, del cual os dejo aquí algunas fotografías y vídeos. El campeón fue el profesor de Tecnología Francisco Javier Guijarro, en dura pugna con el alumno de 2º A, Iván Martín Bravo.

Segundas rondas del torneo de ajedrez del IES Isaac Albéniz
Recreos Activos, Málaga 2025. Fotografía: Alfonso Urbano


Primeras rondas entre Hugo y Elora
Fotografías: Pedro Delgado


Duelo de profes y de Javis
Fotografía: Pedro Delgado


Final del torneo de ajedrez del IES Isaac Albéniz, entre Guijarro y Martín
Fotografía: Pedro Delgado

Continuación de la final del torneo de ajedrez del IES Isaac Albéniz
Fotografía: Pedro Delgado

Iván Martín y Francisco Javier Guijarro en la final del torneo
Recreos Activos del IES Isaac Albéniz de Málaga, 2025
Fotografía: Pedro Delgado

Javier e Iván, campeón y subcampeón del torneo
Recreos Activos (IES Isaac Albéniz, Málaga 2025)
Fotografía: Alfonso Urbano

 Menos móvil y más ajedrez.

 ¿Echamos una partida?

Nota: Los vídeos están realizados por Alfonso Urbano, profesor del DACE del instituto Isaac Albéniz de Málaga.

viernes, 2 de mayo de 2025

¿POR QUÉ NO SE INCLUYE EL AJEDREZ EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS?


El campeón del mundo de ajedrez Borís Spassky
Fotografía: Portada revista Peón de Rey

 

«Hoy más que nunca necesitamos el ajedrez. Mover esas piezas de madera y pensar en su estrategia nos permite olvidar las desgracias de este mundo».
Borís Spassky, campeón del mundo de ajedrez 1969-1972


No hay duda de que el ajedrez es una excelente herramienta transversal para los docentes en las aulas, pues, entre otras cosas, desarrolla la atención y el pensamiento crítico y estratégico. Por supuesto que, como dijo el pasado verano en una entrevista el excampeón del mundo de ajedrez Garri Kaspárov, «el ajedrez no es una solución mágica, pero sirve para que los niños comprendan que cada acción está conectada con otras y tiene sus consecuencias, así como el valor relativo de cada pieza en una posición».

Garri Kaspárov con 11 años (1974)
Fotografía: Wikimedia Commons

 Decía recientemente el científico y periodista Javier Sampedro «que acaso deba considerarse también un arte». El COI (Comité Olímpico Internacional) lo considera un deporte, y yo me preguntaba durante la pasada Olimpiada de París, viendo la inclusión de nuevos e inesperados deportes, cómo era posible que nadie hubiera abogado por su introducción en los Juegos.

 Como suele suceder, las sincronías que se dan en la vida sacaron a la palestra mi pregunta unos días más tarde, en forma de artículo de opinión en el diario EL PAÍS. Guardé aquel texto para escribir una entrada, pero más adelante lo di por perdido al no lograr recordar dónde lo había dejado; hasta que estos días lo encontré removiendo unos papeles en la mesa de la cocina.

¿Por qué no hay sitio en los Juegos Olímpicos para el ajedrez?
Fotografía: Pedro Delgado

El debate. ¿Por qué no hay sitio en los Juegos Olímpicos para el ajedrez?
En estos Juegos de París hay 329 pruebas y más de mil medallas a repartir. Con cada vez más deportes con el marchamo de olímpicos, como el 'skateboarding' o el 'breakdance', ¿por qué no se incluye el ajedrez?

 Así que con muchísimos meses de retraso, les anoto las dos opiniones que, bien expuestas y razonadas, aparecen en el artículo: la del periodista especializado en ajedrez Leontxo García y la del periodista y escritor Paco Cerdà. Después de leerlas, no me cabe duda de que el ajedrez debería de incluirse en los Juegos Olímpicos.

El cerebro también es físico
Leontxo García
Juan Antonio Samaranch (1920-2010), presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) de 1980 a 2001, explicó a EL PAÍS en 1998 por qué iba a proponer a la siguiente Asamblea General que se aceptara como miembro a la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE): "En nuestros archivos no tenemos una definición oficial de lo que es deporte. El ajedrez es el deporte mental por excelencia, y está organizado como tal en todo el mundo. Encaja perfectamente con el lema Mens sana in corpore sano (mente sana en cuerpo sano, en latín) y nos dará una imagen ligada a la inteligencia". La Asamblea aprobó su propuesta por aclamación en 1999. Y el ajedrez fue deporte de exhibición en los Juegos de Sídney, en 2000.
 La FIDE cuenta hoy con 201 países miembros (no todos son independientes; por ejemplo Escocia, Gales o Islas Feroe). Sólo el fútbol, baloncesto y atletismo tienen más. El ajedrez tiene sus propias Olimpiadas (bienales), desde 1927. Y ha entrado ya o lo hará pronto en los Juegos de Centroamérica y el Caribe, los Suramericanos, los Asiáticos y los Africanos, con el objetivo de formar parte algún día de los JJ OO, de Verano o de Invierno.
 Cuando Samaranch me recibió en su despacho de Lausana (Suiza), sobre su mesa estaba un informe de varios cientos de folios que contenía un experimento médico de la Universidad de Lovaina (Bélgica) en el que se demuestra que el desgaste físico (nervioso, hormonal y cardiovascular, principalmente) de un ajedrecista de alta competición no es inferior al de varios deportes olímpicos.
 Al ajedrez como pasatiempo puede jugar cualquiera, aunque su salud sea horrible. Pero el de alta competición, con partidas que duran cuatro o cinco horas, exige una preparación física esmerada. Es normal que un ajedrecista pierda varios kilos en un torneo (o duelo) de dos o tres semanas. Entre los 50 primeros del escalafón actual solo hay siete que hayan cumplido los 40; y sólo uno –el pentacampeón indio Viswanathan Anand– con más de 50. Cabe preguntarse si Lionel Messi jugaría igual de bien al fútbol con un cerebro distinto. Y la respuesta obvia es no. El cerebro también es físico, y actúa como sala de máquinas del resto del cuerpo. Diversos estudios científicos indican que los ajedrecistas utilizan mucho algunas partes del cerebro poco ejercitadas por el resto de la gente, y también que usan intensamente ambos hemisferios a la vez, de forma coordinada.
 Buena parte de lo explicado en los párrafos anteriores sirve para afirmar que el mus o el dominó están a años luz del ajedrez para reivindicar su entrada en los JJ OO. Conviene subrayar una cuestión pragmática, señalada por Samaranch: el ajedrez está organizado como un deporte incluso en los países que no lo han reconocido todavía oficialmente como tal (sobre todo, algunos anglosajones); cambiar eso provocaría serios problemas en cuanto a subvenciones de dinero público y ubicación en los medios de comunicación. Por ejemplo, si yo ofrezco un reportaje sobre ajedrez y cine (o literatura) a la sección de Cultura de EL PAÍS tendría pleno sentido, porque hay muchas películas y novelas sobre ajedrez. Pero si es sobre la Olimpiada de Ajedrez de Budapest, la respuesta sería: "No, eso es para Deportes".
 Y está el argumento histórico. Muy pocas actividades humanas –y menos aún deportivas, excepto el maratón– tienen más de 1.500 años de historia documentada. El ajedrez nació probablemente en algún lugar cercano a la actual India y los musulmanes lo trajeron a España, donde se creó el ajedrez moderno (prácticamente con las reglas actuales); se extendió de inmediato por América y buena parte de lo que hoy es la UE. El primer campeón del mundo oficioso fue el clérigo español Ruy Lopez de Segura, patrocinado por Felipe II.
 Dos jugadores murieron durante la Olimpiada de Ajedrez de Tromso (Noruega) de 2014. Kurt Meier (Seychelles, 67 años) por infarto en plena partida. El uzbeko Anisher Anarkúlov, de 46, en su habitación "por causas naturales", según la policía. Los análisis demostraron que sus arterias coronarias no eran apropiadas para la alta competición, que consiste en llevar el cuerpo y la mente al límite. Todo ajedrecista de élite ha sufrido eso en propia carne.
Leontxo García es periodista especializado en ajedrez

 ***

Sobran pruebas y faltan deportes
Paco Cerdà
Comencé los Juegos comprándome un libro de cuatro mil páginas: Le siècle olympique, una maravillosa locura donde Pierre Lagrue reconstruye el día a día de todos los Juegos de la Historia. En sus páginas laten las vidas y milagros de los santos laicos de este siglo: los deportistas. Por ejemplo, Alain Mimoun. Siempre vio las suelas del gran Emil Zátopek delante de sus narices. Fue plata en Londres 48 y logró dos platas en Helsinki 52: siempre por detrás de Zátopek. Pero en Melbourne 56 pasó lo inesperado. La noche anterior al maratón, Mimoun recibió una llamada: había nacido su hija Olimpia. Ese caluroso sábado corrió como nunca y ganó. Zátopek, que llegó sexto, se descubrió ante él y abrazó a su eterno poulidor. Es una historia preciosa. Contiene el peso de la tradición, el aura del maratón: la pureza de un humano persiguiendo el horizonte y sus límites. ¿Puede levantar esa poesía el breakdance?
 Los primeros Juegos empezaron con nueve deportes: atletismo, ciclismo, esgrima, gimnasia, tiro deportivo, natación, tenis, halterofilia y lucha grecorromana. Entre todos, 43 pruebas. Citius, altius, fortius. Ahí estaba la esencia olímpica: correr, saltar, lanzar, levantar, tumbar, nadar, tirar, pedalear, y conectar con la Antigüedad.
 Pero los Juegos comenzaron a crecer de una forma desigual. En la segunda edición ya había 19 deportes y se llegó con 21 hasta Los Ángeles 1984. Fue ahí, con el muro de Berlín resquebrajado y el capitalismo ganando el oro mundial sin control antidopaje, cuando todo se disparó. En París hay 32 disciplinas. Pero en el número de deportes no está la gran transformación. Criticar a los monopatines o a la danza urbana es lo fácil. Solo un espejismo.
 La verdadera mutación atañe al número de competiciones. Aquellas 43 pruebas de Atenas 1896 pronto se doblaron en número. En 1908 se superaron las 100. En 1960 se rebasaron las 150. En 1980 se saltaron las 200. Solo veinte años después se produjo el gran salto: 300 pruebas en 2000. Así pues, aunque parezca lo contrario, el aumento ha sido tenue en este siglo: 300 en Sídney, 301 en Atenas, 302 en Pekín, 302 en Londres, 306 en río, 324 en Tokio y 329 en París. En estos Juegos hay 10.500 atletas y más de mil medallas en juego. Pero algunas son de pruebas por equipos. Así, en los Juegos de Tokio, hubo 2.175 medallistas. Una medalla por cada cinco deportistas no parece la media de la excelencia.
 Tras los datos vienen las preguntas. ¿Tiene sentido que el ciclismo olímpico compita en pista, en ruta, en montaña y en cross hasta llegar a las 22 pruebas? ¿Es proporcional que 91 pruebas –el 28% del total– se disputen en el agua? ¿Es sensato que la natación se subdivida en libres, braza, espalda, mariposa, estilos, aguas abiertas, relevos, 50 metros, 100, 200, 400, 800, 1.500, 10 kilómetros, relevos, mixto y así hasta repartir 111 medallas? ¿Es pertinente que el piragüismo tenga 16 pruebas, el remo 14 y la vela 10? ¿Es lógico que los saltos acuáticos tengan ocho pruebas, como si sumáramos todas las de balonmano, hockey, waterpolo o voleibol? Parece indiscutible que el atletismo alcance las 48 competiciones: es el origen olímpico. Más cuestionable es que el combate reúna 66 pruebas entre lucha, judo, boxeo, esgrima y taekwondo. Porque lo que sobran son pruebas, más que deportes.
 Uno preferiría ver incluso más deportes alineados con el espíritu olímpico y su poética. Por ejemplo la pelota a mano en frontón, que ya fue olímpica; el ajedrez en su versión relámpago; el alpinismo, con montañistas ascendiendo cumbres, como quiso el barón de Coubertin; algunos juegos populares que fueron olímpicos, como el tira y afloja con una cuerda. Para ello deberían reducirse pruebas. Y si el COI no lo hace, que al menos no nos dé gato por liebre con baloncesto 3x3, ni descafeinado de sobre con fútbol amateur. Que los Juegos coronen a los mejores. Al mejor corriendo, luchando, nadando, saltando; no a los dos mil mejores en cada microespecialidad.
 De todos modos, la poética del olimpismo no solo brilla en los mejores. También late en la tragedia de Carolina Marín. También en la derrota sin final feliz de Rafa Nadal. También en la evocadora historia de Mimoun: sin sus amargas platas, nadie recordaría su oro.
Paco Cerdà es periodista y escritor
Emil Zátopek y Alain Mimoun (Helsinki, 1952)

 ¿Y usted, qué opina?

Nota: La fotografía de Leontxo García es de Diego Díaz, y la de Paco Cerdà es obra del fotógrafo Mikel Ponce.

domingo, 27 de abril de 2025

UNO DI NOI


Pancarta en el estadio del Nápoles relativa al cardenal Angelo Voiello
Fotografía: La Repubblica Sport

Porque me siento identificado con lo que dice sobre la fe y el papa Fancisco –aunque la mía no llegara a la confirmación–, y porque disfruté de lo lindo con The Young Pope y The New Pope, las dos series televisivas de Paolo Sorrentino, he querido compartir con todos ustedes este artículo de Rosa Palo que apareció en la contraportada del Diario Sur de Málaga el pasado miércoles.

A LA ÚLTIMA
Uno di noi
Una, bautizada, comulgada y confirmada, criada en un colegio de monjas y en una familia católica, perdió la fe como quien pierde un mechero: un día, ya no estaba. No la echó de menos: no quería pertenecer a ese club ni a ningún otro. Se bastaba y se sobraba con su juventud y su soberbia. Luego, cuando la vida empezó a darle hostias como panes, añoró tener algo o alguien a quien pedir consuelo, suplicarle un respiro o atribuirle la culpa de sus males. Pero el mechero no apareció.
 Por eso, este Lunes de Pascua, la arriba firmante se sorprendió al verse afligida por la muerte del papa Francisco. No por lo espiritual, sino por lo terrenal. Porque, aunque no cambiara las reglas del club, al menos entreabrió las puertas a quienes se habían quedado fuera. Puso sus ojos sobre los desheredados de la tierra en unos tiempos en los que ninguna quiere darles ni un cacho donde plantarse y se dirigió tanto a los que quisieron escucharle como a los que no para transmitirles el mensaje de amor y bondad de Cristo, ese que cala, o debería calar, hasta en los huesos más duros.
 En 'The Young Pope' y 'The New Pope', lo de Sorrentino, el mejor personaje es el cardenal Voiello. Secretario del Estado del Vaticano, intrigante y manipulador profesional, Voiello es un forofo perdido del Nápoles, hasta tal punto que, cuando el papa Pío XIII despierta tras un coma, no le pregunta si ha visto a Dios, sino si el Nápoles va a ganar algún título. Tras aquello, los aficionados napolitanos lo hicieron suyo desplegando en el estadio una pancarta que decía «Cardinal Voiello, uno di noi». Al papa Francisco, hincha del San Lorenzo, algunos también lo sentimos como «uno di noi». Aunque no fuéramos del club. 
Rosa Palo, diario Sur (miércoles 23.4.25)

El actor Silvio Orlando recibiendo instrucciones de Sorrentino
(En la mesa la figurita de Maradona con la equipación del Nápoles)
Fotografía: Gianni Fiorito (Revista Esquire)

 Descanse en paz.

Nota: Observando la fotografía de Gianni Fiorito, les diré que en una de mis estanterías luce la figurita de Diego Armando Maradona que tiene Voiello sobre la mesa de su despacho. Creo recordar que, como otra que tengo de Franco Baresi, son de la marca Tonka Corp –la dueña de Kenner–. Están hechas en China y son del año 1989.

Figura de Maradona que aparece en el despacho de Voiello
Fotografía: Pedro Delgado


viernes, 18 de abril de 2025

TIEMPO DE PENITENCIA (II)


Cuatro años de sanción para Ouassim Oumaiz por doping
Fotografía: Pedro Delgado

Los hay que piensan que las mentiras tienen piernas largas y bonitas, que mentir no importa, que las mentiras funcionan como si fueran verdad, pero eso no es así. Ya nos lo decían nuestras madres: que las mentiras tienen las patas muy cortas, que se coge antes a un mentiroso que a un cojo.

 También nos decía Erika Mann, la hija del autor de La montaña mágica, que había que arrojar la verdad a la cara de la mentiras. Los atletas dopados, cuando son cazados, siempre niegan la mayor y alegan ser inocentes, víctimas de vaya usted a saber qué complot. «No les creáis», dicen. «Eso es una equivocación. No conozco esa sustancia. Nunca haría nada de eso. Han manchado mi nombre. Demostraré mi inocencia...», aseveran muy serios esperando que el tiempo pase y todos se olviden del asunto. Pero la verdad se basta perfectamente por sí sola, y estos días, un año después de que se descubriera el asunto y escucháramos los alegatos de inocencia, la Comisión Española para la Lucha Antidopaje en el Deporte (CELAD) y los periódicos arrojan la realidad: que Ouassim Oumaiz se dopó.

 Y lo hizo con GHRP-2, un péptido o proteína que estimula la producción de la hormona del crecimiento. La sanción definitiva: 4 años de inhabilitación y suspensión, así como una multa de 3.001 euros y pérdida de puntos. 

Ya es oficial. Justo un año después de darse a conocer la noticia, se ha confirmado la sanción por parte de la Agencia Estatal Antidopaje (CELAD), ratificando así un negro episodio para la historia del atletismo malagueño. Tal y como refleja la página de la CELAD ayer el atleta Ouassim Oumaiz, será sancionado definitivamente tras dar positivo en un control antidopaje en enero del pasado 2024.
 ¿Qué comprenderá su sanción? La inhabilitación y suspensión desde el 7 de junio del pasado 2024 hasta el mismo día de 2028, así como una multa de 3.001 euros y pérdida de puntos para el fondista de 26 años. ¿La causa? El haber dado positivo en la sustancia GHRP-2, un péptido liberador de la hormona del crecimiento que, tristemente, ya es conocido a nivel mediático por anteriores casos de dopaje en otros deportistas. En la lista oficial de sustancias y métodos prohibidos se enmarca en el apartado S2.2.4., correspondiente a estos péptidos concretos. [...]
[...] Justo un año después y tras un largo proceso de reclamaciones por parte del atleta, la CELAD ha hecho pública la sanción definitiva, alegando que se ha vulnerado el artículo 20 a) de la L.O.L.D.D., sobre la presencia de una sustancia prohibida, o de sus metabolitos o marcadores, en las muestras biológicas del deportista. [...]
Marina Rivas, diario Sur (14.03.25)

 Como dije hace un año*, cuando saltó su positivo, a Ouamiz le aguarda un largo tiempo de penitencia, pues no hay lugar para los tramposos en el deporte, para los que quieren ganar por encima de todo saltándose el fair play, ese código de conducta, de juego limpio, que debe ser el faro de todos los atletas.

 En el deporte, como en la vida, no vale ganar haciendo trampas o a costa de cualquier precio. Los récords o medallas no tienen ningún valor si se sustentan en la mentira o el engaño. Los atletas que recurren a medicamentos o sustancias que aumentan artificialmente la capacidad de su organismo durante los entrenamientos o las competiciones deportivas no son deportistas. No son honestos. Y como ya escribí entonces*, el atletismo debe de ser un deporte de gente honesta, con todo lo que ello implica.

 *Pueden leer aquel artículo clicando sobre el siguiente enlace:

https://pedrodelgadofernandez.blogspot.com/2024/03/tiempo-de-penitencia.html

Ouassim Oumaiz da positivo en un control antidopaje
Fotografía: Pedro Delgado

martes, 1 de abril de 2025

TEMPS MORT (TIEMPO MUERTO)


Cartel de la película Temps mort (Tiempo muerto)
Festival de cine de Málaga 2025

Gracias a la distribuidora A Contracorriente Films tuve la suerte de asistir el pasado mes de marzo al estreno de la película documental Temps mort (Tiempo muerto) en el Festival de Cine de Málaga.

 Cuatro años después de que el guionista Carlos Jiménez contactase por redes con el director y guionista Félix Colomer, y fuese a su casa a contarle la historia de Charles Thomas, El Terrat y 3Cat premiaron la singularidad y la autoría produciéndoles el documental: 82 minutos de metraje en el que se mezclan testimonios, entrevistas e imágenes de archivo de Charles Thomas con recreaciones con actores que le dan un toque muy cinematográfico. Lo que parecía un biopic, acaba tornándose en un inquietante y sorprendente thriller con continuos giros de guión que demuestran que la realidad supera muchas veces a la ficción.

Félix Colomer y Carlos Jiménez, director e ideador del documental
Fotografía: Carlos Guerrero (Málaga Hoy)

 Como les dije a ambos al finalizar la proyección, no me emocionaba tanto con un documental desde Searching for Sugar Man.

 Temps mort se centra en la figura de Charles Thomas, carismático jugador de baloncesto que llegó a España a finales de los 60 para triunfar con tan solo 20 años en el Barcelona. Pero eso fue después de su paso por el Sant Josep de la mano del directivo Ramón Ciurana, que fue en 1968 hasta Estados Unidos para ficharlo. Así fue como llegó Charles Thomas a Badalona junto a su mujer Linda Banns y sus dos hijos pequeños. Y allí fue donde se convirtió en el máximo anotador de la Liga española en sus dos primeras temporadas.

Charles Thomas con el San José de Badalona
Fotografía: Archivo Justo Conde & J. Ramón Ramos
(Fundació Bàsquet Calatà)

 Tras destacar en el Sant Josep, lo fichó el club blaugrana en 1970. Arropado por jugadores de mayor calidad técnica y física, como el también estadounidense Norman Carmichael, Charles Thomas se convirtió en toda una estrella, volviendo loca a la afición con sus espectaculares mates, rebotes y tapones.

C. F. Barcelona Baloncesto de la temporada 71-73
nº 15 Norman Carmichael, nº 13 Charles Thomas, nº 7 Aíto
Foto: Archivo Justo Conde & José Ramón Ramos/Fundació Bàsquet Català

 Sin embargo, el azar –o el destino, porque así se lo vaticinó una pitonisa– puede ser muy puñetero a veces, y en 1974, en un partido contra el Real Madrid, sufrió una tremenda lesión. Fue una mala caída al saltar a por un balón con Clifford Luyk. Una acción fortuita que le destrozó la rodilla y lo apartó de las canchas de baloncesto.

Tiro en carrera a aro pasado de Charles Thomas
Foto: J. Conde & J. R. Rámos/Fundació Bàsquet Català

 Él sólo tenía el basket en su vida y a raíz de ello, su carácter cambió y se volvió un tanto depresivo. La lesión era muy grave –se había roto el tendón rotuliano– y andaba perdido, intentando encontrarse a sí mismo. Triste, cabizbajo, empezó a distanciarse de la familia y a evadirse con los amigos por la noche.

Rotura del tendón rotuliano
Fuente: drcmelendez.com

 Aún así, con mucho esfuerzo, logró volver a jugar al año, pero ni él ni su rodilla eran los mismos. Ahí empezó su declive. Ya no saltaba como antes, y eso le frustraba. Sus expectativas se habían hecho añicos y se le vino todo abajo. Para él era como si se hubiese quedado cojo.

Espectacular salto de Charles Thomas en su primera etapa en el Barcelona
Fotografía: Justo Conde & José Ramón Ramos/Fundació Bàsquet Català

 El Barcelona acabó cediéndolo al Manresa para la temporada 1976-1977, y eso lo vivió como una afrenta. Le pareció un menosprecio como jugador.

Charles Thomas con la camiseta del C.D. Manresa
Fotografía: Archivo Justo Conde & José Ramón Ramos
(Fundació Bàsquet Català)

 En Manresa sólo jugaría 9 partidos. Una tarde se negó a salir a la pista, y eso fue el final.

 Su carácter se agrió y tras una fuerte discusión cuando iban conduciendo por Barcelona, Lynda se bajó del coche con los niños, cogió un avión y se volvió a Estados Unidos. Eso le hizo perderse más. Se le fue la cabeza, se juntó con malas compañías y coqueteó con las drogas. Se aisló y no quiso que le ayudaran sus amistades, y un día, tras vivir 8 años en Barcelona, desapareció sin avisar. Al parecer se volvió a Estados Unidos. Quería recuperar a sus hijos, pero su abuelo no se lo permitió. Eso sería en 1976.

 Envuelto en una espiral de adicciones, Charles Thomas se hundió todavía más. Si su situación personal era mala, la económica se volvió crítica, y acabó convertido en un homeless. Deambulaba por las calles de Nueva York y, más tarde, empezó a ir de un lado para otro: unas semanas aquí, dos meses allí... Bebía mucho para calmar el frío, y el alcohol y las drogas terminaron por llevarlo a la indigencia.

Fotograma de Temps mort (Tiempo muerto), dirigida por Félix Colomer

 En 1987, llegó a España la noticia de que estaba muerto. Unos decían que lo habían asesinado en Nueva York, otros apuntaban a una muerte por sobredosis, incluso los había que decían que había muerto en un atraco o en una pelea a navajazos.

Charles Thomas
Fuente: A Contracorriente Films

 En 2017, Carlos Jiménez, a la postre guionista también de Temps mort, escribió un artículo en la revista Solobasket.com sobre la desdichada vida de Charles Thomas. Entonces, por esas causalidades del destino, cuatro años después de subir su texto a la red se produjo una alineación planetaria y, ¡bingo!, Norman Carmichael recibió una llamada de teléfono desde el otro lado del Atlántico. La voz llegaba desde Amarillo, Texas, para volarle, volarnos, la cabeza.

 Y hasta ahí puedo leer, que diría Mayra Gómez Kemp.

 Si se perdieron el estreno en el festival de Málaga, estén atentos a su estreno en los cines de su ciudad. No les va a defraudar.

Fotograma de Temps mort (Tiempo muerto), dirigida por Félix Colomer
Fuente: A Contracorriente Films

Fotograma de Temps mort (Tiempo muerto), dirigida por Félix Colomer
Fuente: A Contracorriente Films

Fotograma de Temps mort (Tiempo muerto), dirigida por Félix Colomer
Fuente: A Contracorriente Films

 Mientras tanto, pueden leer el artículo de Carlos Jiménez clicando en el siguiente enlace:

https://www.solobasket.com/liga-endesa/charles-thomas-la-triste-historia-del-primer-super-matador-del-basket-en-espana

jueves, 13 de marzo de 2025

CORRE MÁS QUE EL TÍO DE LA LISTA


"Corre más que el tío de la lista"
Frases populares malagueñas de Cafés Santa Cristina
Fotografía: Pedro Delgado

Si practicas el noble arte de la carrera y nunca te han dicho eso de «Corres más que el tío de la lista» es que no eres de Málaga, pues estamos ante una de las frases populares malagueñas que rescata Cafés Santa Cristina para su nueva colección de sobrecitos de azúcar.

 Como se puede leer en el azucarillo, la frase, que se utiliza cuando una persona corre muy deprisa, «hace referencia a los encargados de repartir la lista de premios de la Lotería Nacional que corrían hacia los compradores para dar a conocer los resultados del último sorteo». Para entender mejor su sentido nos apoyaremos en estas dos fotografías, en las que podemos ver la expectación que se creaba en la Puerta del Sol, esquina a Arenal, donde estaba la sede del periódico La Correspondencia de España, en cuyos balcones colgaban las listas con los números premiados.

Puerta del Sol, Lotería de Navidad del año 1915
Fotografía: Diario Mundo Gráfico

Puerta del Sol esquina a Arenal, Lotería de Navidad del año 1910
Expectación ante la sede del periódico La Correspondencia de España
Fotografía: elPeriódico

 Como ven, la frase no es de esta época y, aunque los más viejos la han oído alguna vez, hace tiempo que desapareció del habla malagueña, pues la información ubicua e inmediata de la radio acabó con el tío de la lista.

Niños de San Ildefonso en el sorteo del año 1916
Fotografía: ABC

 En la página de la Biblioteca Nacional de España he encontrado un artículo sobre el sorteo de lotería de Navidad de nuestros bisabuelos y abuelos, escrito por Antonio García Jiménez, donde da cuenta de un sorteo del año 1913 con el público expectante en la Puerta del Sol y otros chicos que corrían como las balas hacia el teléfono para dar los números ganadores. Números que los encargados corrían a apuntar en los lienzos o pizarras de los balcones de La Correspondencia de España.

La Puerta del Sol es un hormiguero humano formado por todas las hormiguitas que piensan llevarse a casa el grano para el invierno. A cada número que aparece en los lienzos de los balcones de La Correspondencia de España responde un clamor de satisfacción o de rabia.
Cuando los niños del colegio de San Ildefonso cantaban los números premiados, inmediatamente se comunicaba por teléfono a las oficinas de La Correspondencia de España, que ocupaban la primera planta del edificio de la Puerta del Sol situado entre las calles Mayor y Arenal. Desde los balcones se iban mostrando los premios, los números y las localidades afortunadas ante un público expectante y emocionado que aguardaba cada aparición como un espectáculo de magia.
Todo Madrid estaba pendiente de esos balcones de la Puerta del Sol, dado que seguir en directo el sorteo desde dentro de la Casa de la Moneda solo estaba reservado a unos pocos por su poco aforo.
Durante toda la mañana y según iban saliendo los premios mayores se veía por la Puerta del Sol a chicos corriendo a todo meter para llegar a las cercanas centrales de Teléfonos y Telégrafos. Eran contratados por los corresponsales de los periódicos de toda España que se reunían en algún establecimiento de la zona.

 Por cierto, que «desde el nacimiento de la lotería hace más de 200 años, el premio grande o premio gordo fue imaginado como un señor orondo de carnes opulentas. Seguramente porque el hambre siempre estuvo presente en la vida de muchos españoles y hacerse rico era igual a comer hasta hartarse».

Décimo de la lotería Nacional de 1963