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Pancarta en el estadio del Nápoles relativa al cardenal Angelo Voiello Fotografía: La Repubblica Sport |
Porque me siento identificado con lo que dice sobre la fe y el papa Fancisco –aunque la mía no llegara a la confirmación–, y porque disfruté de lo lindo con The Young Pope y The New Pope, las dos series televisivas de Paolo Sorrentino, he querido compartir con todos ustedes este artículo de Rosa Palo que apareció en la contraportada del Diario Sur de Málaga el pasado miércoles.
A LA ÚLTIMA
Uno di noi
Una, bautizada, comulgada y confirmada, criada en un colegio de monjas y en una familia católica, perdió la fe como quien pierde un mechero: un día, ya no estaba. No la echó de menos: no quería pertenecer a ese club ni a ningún otro. Se bastaba y se sobraba con su juventud y su soberbia. Luego, cuando la vida empezó a darle hostias como panes, añoró tener algo o alguien a quien pedir consuelo, suplicarle un respiro o atribuirle la culpa de sus males. Pero el mechero no apareció.
Por eso, este Lunes de Pascua, la arriba firmante se sorprendió al verse afligida por la muerte del papa Francisco. No por lo espiritual, sino por lo terrenal. Porque, aunque no cambiara las reglas del club, al menos entreabrió las puertas a quienes se habían quedado fuera. Puso sus ojos sobre los desheredados de la tierra en unos tiempos en los que ninguna quiere darles ni un cacho donde plantarse y se dirigió tanto a los que quisieron escucharle como a los que no para transmitirles el mensaje de amor y bondad de Cristo, ese que cala, o debería calar, hasta en los huesos más duros.
En 'The Young Pope' y 'The New Pope', lo de Sorrentino, el mejor personaje es el cardenal Voiello. Secretario del Estado del Vaticano, intrigante y manipulador profesional, Voiello es un forofo perdido del Nápoles, hasta tal punto que, cuando el papa Pío XIII despierta tras un coma, no le pregunta si ha visto a Dios, sino si el Nápoles va a ganar algún título. Tras aquello, los aficionados napolitanos lo hicieron suyo desplegando en el estadio una pancarta que decía «Cardinal Voiello, uno di noi». Al papa Francisco, hincha del San Lorenzo, algunos también lo sentimos como «uno di noi». Aunque no fuéramos del club.
Rosa Palo, diario Sur (miércoles 23.4.25)
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El actor Silvio Orlando recibiendo instrucciones de Sorrentino (En la mesa la figurita de Maradona con la equipación del Nápoles) Fotografía: Gianni Fiorito (Revista Esquire) |
Descanse en paz.
Nota: Observando la fotografía de Gianni Fiorito, les diré que en una de mis estanterías luce la figurita de Diego Armando Maradona que tiene Voiello sobre la mesa de su despacho. Creo recordar que, como otra que tengo de Franco Baresi, son de la marca Tonka Corp –la dueña de Kenner–. Están hechas en China y son del año 1989.
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Figura de Maradona que aparece en el despacho de Voiello Fotografía: Pedro Delgado |
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