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lunes, 5 de junio de 2023

EL PARTIDO DE LA MUERTE


Nikita con El partido de la muerte (Desfiladero Ediciones)
Fotografía: Pedro Delgado

Hace unos días, uno de mis alumnos ucranianos vino a clase con una camiseta de fútbol del F.C. Kolos Radogoscha, pequeña población del oeste de Ucrania. Y ese hecho simple y habitual de lucir la elástica de tu equipo en el instituto, me hizo recordar que tenía una lectura pendiente de reseñar, una novela gráfica que se desarrolla en tierras ucranianas y en la que todo el protagonismo recae en el fútbol y la guerra. No en la actual, enquistada tras más de cuatrocientos cincuenta días de enfrentamiento armado, sino en la Segunda Guerra Mundial, cuando las tropas alemanas lanzaron su ofensiva contra la Unión soviética y ocuparon Ucrania en la llamada operación Barbarroja. Un año después de la invasión, se celebró aquel partido de fútbol entre un combinado nazi y otro ucraniano que muchos vinieron a llamar «El partido de la muerte».

Primeras páginas de El partido de la muerte (Gálvez-Escriche)
Desfiladero Ediciones

 El cómic de Pepe Gálvez (guión) y Guillem Escriche (dibujo), publicado por Desfiladero Ediciones en octubre de 2021, se abre con un gesto que me recordó mucho al del protagonista de La soledad del corredor de fondo, cuando decide no ser el primero en cruzar la meta y ceder la victoria al más cercano de sus rivales con el único fin de fastidiar al director del reformatorio donde lo tienen encerrado por un delito de poca monta.

 Ese mismo gesto de rebeldía, lo ejecuta aquí, en las primeras páginas del álbum, un delantero ucraniano. Tras recibir el balón, el jugador finta a tres defensas y encara al portero, al que dribla para plantarse solo delante de la portería. En ese momento, en lugar de empujar la pelota a la red, el delantero Alexei Klimenko se vuelve hacia la grada y le pega un pepinazo al balón que va a estrellarse con toda intención contra los gerifaltes nazis que asisten al partido.

Páginas 4 y 5 de la novela gráfica El partido de la muerte (Gálvez-Escriche)
Desfiladero Ediciones

 Tras ese escena, Pepe Gálvez da un salto atrás en el tiempo y el dibujo cuidadoso y realista de Guillem Escriche nos muestra a Hitler anunciando, en el Sport Palace de Berlín, que todas las operaciones de campaña del este han salido según lo previsto y el Ejército Rojo ha sido derrotado. La historia se sigue narrando en ese tiempo anterior al partido, y nos lleva al campo de concentración de Darnitsa, donde está recluido Alexei Klimenko, que vuelve a Kiev cuando lo liberan. Allí, en una capital desolada y asolada por la guerra, nuestro protagonista se reencontrará con algunos de sus antiguos compañeros del Dynamo de Kiev. La guerra, la muerte y el desastre vino a detener sus carreras balompédicas, y ahora, en el horno de pan que administra Kordik, un gran seguidor del Dynamo, intentan recomponer el equipo y buscar a los que faltan.

–Echaba tanto de menos jugar.
–¿Más que el pan?
–Igual o más.

 Shvetsov, figura del Zeldor a principios de los años 30, le propondrá a Kordik crear una liga con equipos ucranianos y de los diferentes ejércitos que hay en ese momento en Ucrania: alemanes, húngaros, rumanos...

Pág. 51 de El partido de la muerte (Desfiladero Ediciones)

Pág. 52 de El partido de la muerte (Desfiladero Ediciones)

 Y tras las reticencias iniciales, el administrador de la panadería podrá conformar su propio equipo.

Página 54 de El partido de la muerte
Desfiladero Ediciones

A los jugadores del Dynamo se le unirán los del Lokomotive, y así nacerá el FC Start.

Viñeta de la pág. 55 de El partido de la muerte

 El 7 de junio de 1942, el Start se enfrenta al Rukh, el equipo de Shvetsov, que se lleva una buena goleada.

Viñeta pág. 63 El partido de la muerte

Pág. 64 de El partido de la muerte (Desfiladero Ediciones)

Pág. 66 de El partido de la muerte (Desfiladero Ediciones)

 Y el 6 de agosto, al Flakelf, el equipo de la Luftwaffe. Los nazis consideraban a los ucranianos un pueblo inferior en todos los aspectos; sin embargo, son derrotados con un humillante 5-1. Enfurecidos, piden una revancha que deberá jugarse tres días más tarde.

 Lo que ocurrió en ese y tras ese encuentro se plasma con emotividad y rigor documental en El partido de la muerte.

 Además, el álbum se complementa con un prólogo de Mario Alberto Kempes, y dos artículos de Pablo Herranz sobre las adaptaciones cinematográficas del mítico partido y sobre el marco histórico en el cual se desarrollan los hechos. El primero de ellos, A vida o muerte. Las versiones cinematográficas de El partido de la muerte, me ha descubierto algunas películas que desconocía, a la vez que me ha traído el recuerdo de Evasión o victoria, el film dirigido por John Huston que vi en el cine en 1981.

Cartel de la película Evasión o victoria (1981)

 Inspirada muy levemente en el partido reseñado y en otro encuentro similar disputado en 1944 para celebrar el cumpleaños del Führer, que enfrentó a un equipo húngaro con otro alemán, en Evasión o victoria la selección alemana se mide en París a un combinado aliado. En su alineación, junto a actores como Michael Caine y Sylvester Stallone, aparecen futbolistas de renombre, como Pelé, Ardiles o Bobby Moore. Recuerdo que me gustó aquella película, y lo mucho que deseaba tener una de aquellas camisetas aliadas, pero temo volver a verla, no sea que haya envejecido mal.


Equipo aliado de Evasión o victoria (John Huston)
Fotograma de la Warner Bros 

 Mario Alberto Kempes, que fue Campeón del Mundo con Argentina en 1978 y figura goleadora del Valencia CF, del que todos los de mi quinta recordamos aquel «No diga gol, diga Kempes», cuenta en el prólogo, entre otras cosas, lo siguiente sobre esta novela gráfica:

En El partido de la muerte se relata la vida de unos futbolistas que lo perdieron todo, incluso su libertad. Se les privó de lo más elemental con su país destrozado. Son unos hechos tan reales como terribles. A pesar de todo, pese a todas las vicisitudes, se logra agrupar a un puñado de estos jugadores y el grupo, con la preparación de un técnico, se transforma en un equipo. Un equipo motivado, con disciplina. Son como pájaros que han estado enjaulados y ahora se les permite volar. Están felices dentro de la cancha y, llegado el momento, demuestran lo mejor de sí mismos.

Mario Alberto Kempes, el 'Matador'
Fotografía: Segui (As color)

 Imagino que al escribir esto su pensamiento también volaría al Mundial del 78, a ese campeonato celebrado bajo una sangrienta dictadura militar. Mientras en el estadio se celebraba la final, a diez calles de distancia, en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), decenas de personas eran torturadas y asesinadas. Entre 1976 y 1983, más de 5.000 personas, detenidas o secuestradas, pasaron por la ESMA, donde fueron interrogadas y hechas desaparecer; un terrible y oscuro episodio que, afortunadamente, no quedaría impune, siendo condenado a cadena perpetua el militar golpista y dictador Jorge Rafael Videla y sus secuaces. Estoy seguro de que de ese Campeonato del Mundo, de esa historia, saldría otra buena novela gráfica, una dedicada a todas aquellas víctimas del horror (se estiman en 30.000 los desaparecidos).

 Y porque tengo madre, me acuerdo de las madres de la plaza de mayo y les dedico esta entrada. También a todas las madres de los soldados que están ahora mismo en el frente en Ucrania. Y a las que perdieron allí a sus hijos. Y por supuesto, a mis alumnos ucranianos que llegaron a Málaga huyendo de la guerra, para los que ha sido un placer leer una historia que los acerca a casa.

Arsenii y Misha en la biblioteca del I.E.S. Isaac Albéniz de Málaga
Fotografía: Pedro Delgado

Anna y Polina en la biblioteca del I.E.S. Isaac Albéniz de Málaga
Fotografía: Pedro Delgado

Nikita leyendo El partido de la muerte en la biblioteca del I.E.S. Isaac Albéniz
Fotografía: Pedro Delgado


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