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domingo, 8 de marzo de 2020

CHICAS QUE CORREN


La Chica de Jersey
Fotografía: Pedro Delgado

Todas las mañanas, camino del trabajo o de vuelta a casa, me cruzo con chicas que corren por las aceras; también cuando voy a hacer algún recado por el barrio o mientras espero al autobús nº 8 en la parada para bajar al centro. Y al verlas, me acuerdo de la Chica de Jersey de Garriga Vela. El texto salió publicado el 5 de octubre del año pasado, en su sección Cruce de vías del diario Sur.

CHICA DE JERSEY

Por José Antonio Garriga Vela

La chica del cuarto izquierda sale todas las mañanas a correr. El vecino del segundo la ve salir del portal y le grita que no corra tanto, que está muy delgada, que coma más, que hay que meterle gasolina al cuerpo; pero cuando termina de soltar la retahíla de consejos ella se encuentra demasiado lejos para escucharlo. Yo los observo desde el tercero. Abajo en la calle hay un hombre de alrededor de cincuenta años que toca la guitarra y canta 'Jersey Girl' con la misma voz desgarrada de Tom Waits. El traumatólogo que tiene la consulta en el primero, se asoma a la ventana y le grita que se vaya con la música a otra parte, que él está trabajando. Lleva una bata blanca que certifica sus palabras. El hombre de la calle recoge sus cosas y se aleja murmurando. El cartero entra en el portal con un fajo de sobres y postales. Nada para mí, supongo; sólo me llegan facturas. Un día abrí el buzón y encontré una postal de Niza. Me emocionó leerla, aunque no fuera para mí. Al día siguiente deposité aquel mensaje de amor en el buzón del auténtico destinatario. Desde entonces, cuando nos cruzamos por la escalera tengo la sensación de conocer algo íntimo que él guarda en secreto.
 Sigo asomado al balcón como si estuviera esperando una visita que se retrasa. Pienso en las postales, recortes de periódico y fotografías, que guardo en una caja de madera en el altillo del armario. Retazos de un tiempo pasado. A veces tengo la intención de enseñarlo, pero me da pereza sacar la escalera. Un día, hace años, le oí hacer este mismo comentario a Lauren Bacall. Ella hablaba de que ya no podía subir la escalera, curiosamente guardaba el pasado en el mismo sitio que yo. Hay que tomarse una molestia incluso para revisar las fotos de toda una vida. No sé lo que produce mayor cansancio, si sacar la escalera o abrir la caja de los recuerdos. Dicen que los recuerdos nos hacen viejos, que hay que mirar al presente y al futuro. Yo me obstino en volver hacia atrás en el tiempo y recuperar la memoria.
 Vuelve la Chica de Jersey, acabo de rebautizarla, hasta hoy era la chica del cuarto izquierda. Su pecho sube y baja como una delicada bomba de oxígeno. Al entrar en el portal da la sensación de cruzar la línea de meta. La oigo subir la escalera corriendo hacia su casa. Pasa delante de mi puerta como una cometa. Luego oigo sus pisadas, los mismos sonidos de cada día. No sé si hará caso al vecino del segundo y repostará gasolina. Veo a una mujer salir a la calle cojeando. Sin duda es una paciente del traumatólogo. La cruz de la moneda, la cara es la Chica de Jersey.

 Como siempre, el texto va acompañado de una ilustración del Sr. García. En esta ocasión un collage protagonizado por Lauren Bacall.

Ilustración: Sr. García (Cruce de vías (diario Sur))

Pueden ver el artículo original en el siguiente enlace:

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