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jueves, 1 de enero de 2015

EL DESAFÍO DE LAS 12 CAMPANADAS

Sebastian Coe Vs Steve Cram en el Trinity College, Cambridge 1988
Fotografía: Reuter

El desafío del que voy a hablarles hoy no tiene nada que ver con las 12 campanadas de anoche. No se celebró el último día del año, sino el sábado 29 de octubre de 1988. Ese día, en el patio del Trinity College de Cambridge, Sir Sebastian Coe y Steve Cram rememoraron el enfrentamiento que tuvo allí lugar en 1927 entre otros dos campeones olímpicos británicos (Harold Abrahams, oro en los 100 metros lisos en los Juegos de París de 1924, y Lord Burghley, oro en los 400 metros vallas en los Juegos de Amsterdam de 1928), un duelo que aparece en la película Carros de Fuego, aunque el segundo aparece en el film con el nombre ficticio de Lord Lindsey en una de las muchas licencias que se tomó el guionista Collin Welland y el director Hugh Hudson.

Escena de Carros de Fuego

 Para la ocasión, mi admirado Sebastian Coe (doble campeón olímpico de 1.500 metros) se vistió a la antigua usanza, con un polo de mangas largas y bandas anchas horizontales y un pantalón corto que le llegaba justo por encima de las rodillas, mientras que Steve Cram prefirió correr con la clásica equipación de atletismo. Competían entre ellos, pero también con las campanadas del mediodía que sonaban en el reloj de la torre del Trinity College.

Patio del Trinity College de Cambridge

 Recorrer el perímetro del patio antes de que sonara la última campanada era el propósito, a la par que recaudar fondos para el Great Ormond Street Hospital Children's Charity, el mismo hospital para niños, fundado en Londres en 1852, al que el escritor James M. Barrie le cedió los derechos de autor de su mágica y universal obra Peter Pan.

 Conservo el recorte, ya amarilleado, con la noticia del evento. Es de El País del domingo 30 de octubre de 1988, y está firmado por Ricardo M. de Rituerto. En él se puede leer lo siguiente:

"Caballeros, empiecen cuando suene la primera campanada", dijo el príncipe Eduardo, benjamín de la familia real, a modo de orden de salida. Los atletas se lanzaron con el tañido inicial sobre el peligroso firme de losas y cantos rodados con la idea de llegar en cabeza al primer ángulo recto, pues sabían que una vez adquirida esa posición la carrera estaba ganada. Coe fue el primero en llegar a ese punto. Casi frenó en seco y Cram estuvo a punto de perder el equilibrio. Después ya todo fue mantener la cabeza de la carrera y atender a un suelo muy poco de fiar. Las débiles campanadas del reloj seguían cayendo, pero eran difícilmente audibles tras los gritos de los aproximadamente millar y medio de asistentes al enfrentamiento. Al final, y sobre la última campanada, Coe cruzó la línea de llegada, seguido a un paso por Cram, ante la enfervorizada concurrencia. "Cruzó la línea antes de que el reloj dejara de tañir", dijo Norris McWhirter, cronometrador oficial. 
 "En realidad son cuatro sprints separados", decía Coe una vez repuesto del esfuerzo, "porque es parar, empezar, parar, empezar". 
***
"Coe, y probablemente Cram, pues sobre el terreno el griterío hizo imposible saber si ambos llegaron a la meta antes de que sonara la última campanada, sumaron sus nombres al de Lord Burghley en ser los únicos que hasta la fecha han recorrido el patio rectangular en el lapso existente entre la primera y la última señal de las doce. Abrahams, quien en la película gana tal carrera a Lindsey, nunca hizo tal gesta. La película está llena de licencias argumentales y una de ellas es la legendaria carrera. 
 Por lo pronto, la escena se rodó en Eton porque los responsables del Trinity College se negaron en su día a que tan prestigiosa institución (fundada en 1546 por Enrique VIII y en la que trabajaron o estudiaron desde Isaac Newton a Lord Byron, y que tiene su nombre asociado con 26 Premios Nobel) estuviera envuelta en un fenómeno comercial. 
 Harold Abrahams, quien una vez dijo que le desagradaban las distancias por encima de las 220 yardas (201,1 metros), nunca se batió contra el reloj de la torre del Trinity, y sobre el tiempo del récord de Lord Burghley hay dudas. Algunas fuentes le atribuyen un tiempo de 46 segundos, que es lo que viene a tardar en sonar las 24 campanadas, pues el reloj tañe por pares. El director del College en 1927, sir J. Thomson, manifestó que el atleta había recortado en su carrera las esquinas del rectángulo, lo que le habría permitido ganar algún tiempo. El propio Lord Burghley mantuvo un diario sobre todos los acontecimientos atléticos en que participó y la entrada correspondiente al 7 de junio de 1927 dice: "Corrí sobre las losas alrededor del patio del Trinity College mientras el reloj daba las doce y lo hice justo antes de que sonara la penúltima campanada, en un tiempo de 42,5 segundos. Testigos Tuckit, M. Allan, R. L. Howland y otros".
***
"No hay constancia de que esta carrera contra reloj (disputada de vez en cuando a medianoche por grupos de estudiantes que rematan así una tarde-noche de farra, con los resultados que pueden imaginarse) la haya realizado con éxito ningún otro atleta, aunque un antiguo responsable de Educación Física del Trinity tiene la vaga idea de que algún norteamericano lo intentó en los años cincuenta, después de uno de los tradicionales enfrentamientos de Oxford y Cambridge contra las universidades de Harvard y Yale".

 Coe llegó a meta un metro por delante de Cram, realizando un crono de 45.52 segundos en 367 metros. Ante semejante reto, lo nuestro de anoche no tuvo la menor dificultad, y menos para los que preparamos las uvas de antemano quitándoles la piel y los huesesitos. En fin, les diese o no tiempo a comérselas, les deseo lo mejor para este 2015 que recién estrenamos. ¡Que traiga salud para todos, que para lo demás ya nos apañamos!

 Aquí les dejo el vídeo de la carrera



y el enlace al artículo de Ricardo M. De Rituerto que apareció en El País del 30 de octubre de 1988, el mismo que yo tengo en papel en casa.

http://elpais.com/diario/1988/10/30/deportes/594169210_850215.html


 Y lo dicho, ¡¡Feliz Año Nuevo!!


Nota: Y no se olviden de seguir compartiendo mi SOS Navideño entre sus amistades. Aquello de "No subestimes el poder de Santa Claus".

http://pedrodelgadofernandez.blogspot.com.es/2014/12/sos-navideno.html


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