Páginas

lunes, 14 de septiembre de 2015

INSULARIDAD: DE MEDIAS MARATONES Y CORAZONES ROTOS




A pesar de que esta novela fue finalista del Premio Desnivel de Literatura 2014, no encontrará el lector montañas en sus páginas; aunque sí retos personales que pueden asemejarse a éstas.

 "Hubo un tiempo no muy lejano en el que eso de un medio maratón era para ti un sinónimo del Everest. Algo absurdo e inalcanzable, tan desmesuradamente grande que solo pensarlo resultaba inabarcable".

 Valiéndose de la autoficción, Ralph del Valle ha escrito el cuaderno de alguien que empieza a correr para huir de un desengaño amoroso, un hombre que deja su hogar y su trabajo para poner tierra de por medio marchándose a Alemania: a Tegel, donde correr sigue siendo la mejor terapia, el mejor bálsamo para el alma, para volver a sentirse en paz consigo mismo y ordenar sus pensamientos. Es allí, en el frío invierno prusiano, donde empieza a escribir este bloc, como los estudiantes de Bellas Artes que garabatean, esbozan o emborronan sus libretas.

 "Yo, que no sé dibujar, solo lleno este cuaderno y huyo de mis cosas. Como huyen los hombres que huimos: en silencio, sin aspavientos, sin tragedias griegas a la hora del té. John Wayne, Centauros del Desierto: nos giramos y nos vamos hasta que nuestra espalda se pierda en el horizonte. Por eso cuando nos cruzamos con otro corredor le miramos brevemente a los ojos. Si huye de lo obvio, el infarto de miocardio, el colesterol, el pantalón de hace dos años que ya no le cabe, si huye de todo eso le miraremos sin interrumpir en absoluto el fluyo ni el ritmo de nuestro movimiento. Pero si le miramos a los ojos y vemos que huye de lo inesperado, del menú y el hotel para uno, de la foto de boda que desde la estantería le recuerda todas y cada una de las veces que ella le propuso hacer cosas que él jamás hizo, hasta que dejó de decírselas y la fotografía se convirtió en madera varada, transformando las palabras en pasado, en sombras que sin piedad se reflejan en cada zancada que él da para negar el hecho irremediable de que ella no volverá jamás; si podemos ver como vemos todo eso porque él también lo ve en nosotros, le saludaremos con una leve inclinación de cabeza al cruzarnos, acaso un parpadeo lento y respetuoso, un casi invisible gesto en el que reconoceremos todo su pasado y el peso granítico que conlleva huir de algo tan grande que acabaría aplastándole de todas formas, al igual que él comprende nuestro presente, donde el vacío resuena como las pisadas de un bisonte que nos cierra el aire sobre el cuello y nos hace pedir una clemencia sorda cada vez que pasamos del kilómetro 10 en nuestra loca y estúpida huida de nosotros mismos hacia ninguna parte".

 Es éste un libro lleno de referencias (Kerouac, John Wayne, Larry Bird, David Bowie...),


Fotografía: Pedro Delgado

de reflexiones, de pensamientos filosóficos y de preguntas.

  "Hoy he tenido que contestarme a mí mismo en voz alta por qué corro. Estaba con I., comiendo una pizza como si no hubiera un mañana, y ha surgido el tema de mi supuesta delgadez, lo cual ha llevado inexorablemente a las preguntas.  
   -¿Por qué corres?, ¿por qué correr?  
 Parecen la misma pregunta, pero no, son dos muy distintas y con muy diferentes escalas de dificultad en la respuesta. La segunda es muy sencilla, la jodida es la primera".

 También de lugares comunes: el enganche a correr como forma de meditación o liberación; el miedo a la lesión, a esa rodilla que empieza a doler de la noche a la mañana y que amenaza la preparación de la prueba que has marcado con rojo en el calendario; los días en los que no puedes calzarte las zapatillas por un resfriado o porque las inclemencias meteorológicas son excesivas. ¿Y quién no tiene un amigo que  se echó a correr con su perro tras un descalabro amoroso?

 "Nada más que la niebla de tu vaho y el tintineo del collar del perro que corre a tu lado. Se aburre, tu ritmo humano es apenas un trote para su velocidad, pero ahí está, quebrando contigo el invierno como quebró contigo el verano, cuando eras otro y huías tan fuerte que daba miedo mirarte a los ojos si alguien se cruzaba contigo mientras enfilabas la avenida y sobre vosotros caían el atardecer y las panzas de los aviones comerciales que en un par de minutos tomarían tierra en Tegel".

 Es el título, Insularidad: el viaje interior de un corredor (Ediciones Desnivel, 2014), una metáfora del corredor solitario, ese que finalmente descubre que la felicidad reside en el movimiento.
 Como en el libro de Murakami, aquí no hay grandes atletas ni grandes marcas, por lo que son los corredores anónimos que engrosan las cifras de participantes los que más identificados se sentirán con su protagonista: alguien que no aspira más que a bajar de 1 hora 50 minutos en su primera media maratón, la de Berlín. Y aunque el personaje nos dedica unas líneas duras, injustas y gratuitas a los que entrenamos duro para disputar las pruebas,


"Siempre habrá deficientes mentales poniéndose objetivos de kilómetros, tiempos, promedios y series; por supuesto. Esa gente es la que llena el mundo de porcentajes y de cuotas, de audiencias medidas en tanto por ciento de share, esa espuma rezumante que mancha el mundo de jerarquías y clasificaciones y vive de espaldas a sí misma, pendientes de generar números que se puedan lanzar, mostrar, publicar; esa gente que no corre para sí misma sino para los demás, que expone su alma abierta de patas en un escaparate indecente; esa escoria es la que te dirá que no hay razones sino objetivos, que no hay tardes en las que todo te dé un poco igual sino metas, y tú tendrás que hacer un esfuerzo para no dejarte absorber por su deleznable prosa y seguir corriendo porque sí, porque no se te ocurre otra forma mejor de conectar contigo mismo en la meditación infinita de los eternos pasos que se suceden rítmicamente y que solo te llevan al punto de partida de nuevo".

el tiempo le hará percibir las cosas de otra manera, pues él también empezará a fijarse en el crono: 1h 38'42" en la Media Maratón de Potsdam, en la antigua RDA.


"Has sobrevivido al mayor sufrimiento que recuerdas corriendo, y te has pulverizado a ti mismo en seis minutos. Qué agonía, te dices, yo que me reía de los imbéciles preocupados de sus marcas y me he convertido en uno de ellos. En alguien que sonríe cuando le dicen que ha quedado en el puesto 288. De 2.400. En alguien que piensa que es un milagro. Tú, que hace un año a duras penas podías completar 7 kilómetros. Tú, que es este tu segundo medio maratón".

 La parte final del libro me reserva una sorpresa, pues el protagonista viaja a Islandia para correr la Midnight Sun Race de Reikiavik, una ciudad y un país que visité en el verano de 2014 y del que guardo muy buenos recuerdos. Como él, también pasé allí el solsticio de verano, aunque yo lo hice con mi hijo mayor, recorriendo durante un mes toda la isla.


En la carretera, Islandia 2014 Fotografía: Pedro Delgado Fernández

 Viajábamos a dedo y en autobús, en el sentido de las agujas del reloj, con la mochila a la espalda y los ojos bien abiertos. Allí, en el país de los volcanes, los icebergs y las cascadas, el trasunto de Ralph del Valle comprenderá por fin que correr no tiene por qué ser una huida.
 Si quieren acompañarlo en ese descubrimiento, no tienen más que hacerse con este libro, seguro que luego querrán calzarse un par de zapatillas.



Ralph del Valle (Londres, 1978). Criado en Alicante, vive desde hace nueve años en Berlín. En 2012 ganó el IV Premio de Creación Literaria Bubok con su primera novela Gnadenlos (Sin compasión), y en 2014 fue finalista del XVI Premio Desnivel de Literatura de Montaña, Viajes y Aventuras con Insularidad.


                                           


lunes, 7 de septiembre de 2015

III TRAVESÍA A NADO SOLIDARIA FARO DE TORROX

Faro de Torrox.  Fotografía: Lucía Rodríguez

Ayer se celebró la III Travesía Solidaria Faro de Torrox, organizada por el Patronato Municipal de Deportes de la localidad, a beneficio de la ONG Amigos de Anzaldo, encargada de numerosos proyectos solidarios en Bolivia. Y, al igual que el año pasado, colaboré con ellos conduciendo uno de los kayaks que acompañan a los nadadores durante el recorrido.

Fotografía: Lucía Rodríguez

 Afortunadamente, el cielo no descargó sobre los nadadores la lluvia que está cayendo hoy, y la prueba se celebró con gran éxito de público y participantes: 154 valientes que desafiaron la distancia (1.600 metros) y, sobre todo, las bajas temperaturas del agua.

Primeras brazadas de la III Travesía Solidaria Faro de Torrox. Fotografía: Lucía Rodríguez

 Los primeros en llegar a meta fueron Álvaro Martín, del Club Natación Melilla (19:09), Manuel Gallego, del Club Naútico de Sevilla (19:16) y Pablo Cordero, del Club Aquaslava (19:47).

Podio masculino absoluto de la III Travesía Solidaria Faro de Torrox, 6 de septiembre de 2015
Fotografía: Pedro Delgado

 En la categoría femenina, las primeras fueron María de Valdés, del Club Fuengirola Swimming (21:26), Mª Victoria Rodríguez del Corral, del Club Natación Alcalá (21:59) y Zayra Cayuela, del Club Natación Inacua (22:09).


Podio femenino absoluto en la III Travesía Solidaria Faro de Torrox, 6 de septiembre de 2015
Fotografía: Pedro Delgado

 Entre los participantes estuvieron el humorista Manolo Sarria Cuevas y el atleta Daniel Pérez, quien va a compaginar este invierno el atletismo con el triatlón.


Miguel Ángel Moya, Manolo Sarria, Pedro Delgado y Dani Sánchez
Fotografía: Lucía Rodríguez

El Doctor José Ramón Alvero, Pedro Delgado y Dani Pérez
Fotografía: Lucía Rodríguez

 Y no puedo dejar de anotar, al referirme a la prueba, que el diseño del logo del faro que aparece en las camisetas y medallas de esta edición ha sido obra de mi pareja, Lucía Rodríguez Vicario. Por los comentarios oídos, gustó bastante.


Manolo Sarria Cuevas y Lucía Rodríguez Vicario
Fotografía: Pedro Delgado

Medalla de cerámica III Travesía Faro Torrox

 Aquí os dejo una selección de fotografías del evento, reiterando mi enhorabuena a organizadores y participantes.


Instantes previos a la salida, III Travesía Solidaria Faro de Torrox
Fotografía: Lucía Rodríguez

Salida de la III Travesía Solidaria Faro de Torrox
Fotografía: Lucía Rodríguez

Salida de la III Travesía Solidaria Faro de Torrox
Fotografía: Lucía Rodríguez

¡Todos al agua!, III Travesía Solidaria Faro de Torrox
Fotografía: Lucía Rodríguez

III Travesía Solidaria Faro de Torrox, 2015
Fotografía: Lucía Rodríguez

Últimos metros para los dos primeros clasificados, III Travesía Solidaria Faro de Torrox
Fotografía: Lucía Rodríguez

El vencedor absoluto: Álvaro Martínez
Fotografía: Lucía Rodríguez

Llegada de Miguel Ángel Moya, Torrox 2015
Fotografía: Lucía Rodríguez

Llegada de Antón Moya, Torrox 2015
Fotografía: Lucía Rodríguez

Últimas brazadas para el británico Andrew O Connell, Torrox 2015
Fotografía: Lucía Rodríguez

Voluntarios de la prueba. Fotografía: Lucía Rodríguez

Alejandro Moya, III Travesía Solidaria Faro de Torrox, 2015
Fotografía: Lucía Rodríguez

José Martín, Carlos Moreno, Miguel Ángel Martinez Figueroa, Juan Mayorga y Marco Puche
Fotografía: Lucía Rodríguez

Podio masculino de 21 a 30 años, III Travesía Solidaria Faro de Torrox
Fotografía: Pedro Delgado

Podio femenino de 31 a 39 años, III Travesía Solidaria Faro de Torrox
Fotografía: Pedro Delgado

Podio masculino de 31 a 39 años, III Travesía Solidaria Faro de Torrox
Fotografía: Pedro Delgado

Podio femenino de 40 a 44 años, III Travesía Solidaria Faro de Torrox
Fotografía: Pedro Delgado

Podio masculino de 40 a 44 años, III Travesía Solidaria Faro de Torrox
Fotografía: Pedro Delgado

Podio femenino de 45 a 49 años, III Travesía Solidaria Faro de Torrox
Fotografía: Pedro Delgado

Podio femenino de 50 a 54 años, III Travesía Solidaria Faro de Torrox
Fotografía: Pedro Delgado

Podio masculino 50 a 54 años, III Travesía Solidaria Faro de Torrox
Fotografía: Pedro Delgado

Podio masculino 60 años y +, III Travesía Solidaria Faro de Torrox
Fotografía: Pedro Delgado

Hipólito Martín (29:06), 1º clasificado en categoría Paralímpica, Torrox 2015
Fotografía: Pedro Delgado

Joaquin María Canales, quíntuple campeón mundial de natación Master 75
Fotografía: Pedro Delgado

 Esta entrada está dedicada a Carlos Moreno Aparicio, "El Padrecito" como le dicen en Bolivia, fundador de la ONG Amigos de Anzaldo, y a todos los que colaboran con ella.

Carlos Moreno Aparicio


Algunos de los colaboradores y organizadores de la prueba, Torrox 2015
Fotografía: Pedro Delgado